Una escena que ha causado conmoción e indignación en redes sociales ocurrió la noche del jueves 17 de abril en un restaurante de comida rápida en Guayaquil, Ecuador. El hecho se registró en el local “Broster Mickey”, ubicado en la intersección de la avenida Domingo Comín y Pancho Segura, en el barrio Cuba, cuando un grupo de hombres armados irrumpió violentamente en el establecimiento.
Las imágenes, que se viralizaron en las últimas horas, muestran el momento exacto en que los asaltantes ingresan al restaurante y amenazan con armas de fuego a los clientes, exigiéndoles que entreguen todas sus pertenencias.
Una súplica desesperada de una abuelita en medio del caos
Entre los presentes, una mujer de la tercera edad se convierte en el símbolo del horror de ese momento: en un intento desesperado por evitar ser robada, la mujer se arrodilla frente a los delincuentes, suplicando que no le quiten su dinero.
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A pesar de su actitud humilde y temerosa, los agresores le arrebatan lo que parece ser su dinero sin mostrar piedad.
La tensión se intensifica cuando uno de los criminales, aparentemente molesto por la resistencia, lanza una orden estremecedora: asesinarla delante de los demás comensales. Afortunadamente, no se consumó ese acto atroz, pero el miedo y la desesperación fueron palpables.
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El hijo intenta protegerla, pero es amenazado
En el video también se observa al hijo de la mujer, quien intenta protegerla interponiéndose entre ella y el ladrón. Sin embargo, la amenaza de las armas lo obliga también a arrodillarse. “Por favor mamá, ya dales el dinero”, suplica con angustia, sin poder evitar el robo.
Tras cometer el delito, los tres hombres escaparon del lugar, y aunque la mujer trató de seguirlos brevemente, ya era demasiado tarde. Hasta el momento, las autoridades no han confirmado la detención de los implicados.
Este hecho ha desatado una oleada de críticas hacia la creciente inseguridad que azota a la ciudad de Guayaquil y al país en general, donde cada vez son más frecuentes los asaltos violentos en espacios públicos. La escena de la adulta mayor arrodillada ha quedado grabada en la memoria colectiva como un símbolo de la indefensión ciudadana frente a la delincuencia.
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