Cuando un perrito envejece, su ritmo cambia, sus pasos se vuelven más lentos y sus siestas más largas. Sin embargo, eso no significa que haya perdido la alegría de vivir. Al contrario, es el momento perfecto para devolverle todo el amor y la compañía que nos brindó durante años. Los veterinarios coinciden en que un perro mayor puede ser muy feliz si recibe los cuidados adecuados y la atención que merece.
La edad en la que un perro se considera “viejito” depende de su tamaño y raza. Según especialistas del VCA Animal Hospital, los perros pequeños suelen envejecer después de los 11 años, los medianos entre los 8 y los 10, y los grandes incluso antes. Pero más allá de la edad, lo importante es observar señales como el cansancio, la pérdida de audición o cambios en el apetito, para ajustar sus rutinas y hacerlos sentir cómodos.
Alimentación adaptada y revisiones frecuentes a tu perrito adulto

Uno de los cambios más importantes en esta etapa de los perros es la alimentación. Los expertos recomiendan ofrecerles croquetas o comidas especiales para perros mayores, con menos grasa y más fibra.
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Esto ayuda a prevenir enfermedades comunes como el sobrepeso o los problemas articulares. También es fundamental mantener una buena hidratación y acudir al veterinario con mayor frecuencia para revisar su salud dental, corazón y movilidad.

Las revisiones constantes permiten detectar a tiempo cualquier malestar y tratarlos antes de que afecten su bienestar. Además, algunos veterinarios sugieren incorporar suplementos naturales para fortalecer huesos, articulaciones y defensas, siempre bajo supervisión profesional.
Ejercicio suave y mucho cariño
Aunque sus energías ya no son las mismas, el ejercicio sigue siendo necesario. Las caminatas cortas, los juegos tranquilos o simplemente pasar tiempo al aire libre ayudan a mantener su ánimo alto. Lo importante es no forzarlos, respetar sus límites y permitirles disfrutar del movimiento sin estrés.

El entorno también influye en su felicidad: una cama suave, cálida y en un rincón tranquilo puede marcar la diferencia. Pero, sobre todo, los perros mayores necesitan afecto. Las caricias, las palabras suaves y tu compañía son esenciales para evitar la tristeza o la ansiedad que a veces sienten al envejecer.
Cuidar a un perro viejito es un acto de amor y gratitud. Ellos nos han acompañado con fidelidad incondicional, y ahora nos toca a nosotros hacer que sus últimos años estén llenos de confort, ternura y alegría.
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