Una propuesta inusual ha generado debate en Estados Unidos: el gobierno de Florida, encabezado por el gobernador Ron DeSantis, anunció un plan para eliminar a las serpientes pitones birmanas —una especie invasora que amenaza el ecosistema del estado— y transformarlas en artículos de moda como bolsos y accesorios de piel.
DeSantis explicó que la iniciativa se lleva a cabo en colaboración con Inversa, una empresa especializada en la fabricación de productos de cuero a partir de especies invasoras. Según el mandatario, el proyecto busca controlar la sobrepoblación de estos reptiles que han afectado gravemente la fauna local, especialmente en los Everglades, uno de los ecosistemas más importantes de Florida.
Una estrategia ecológica con fines comerciales

El gobernador destacó que el programa forma parte de los esfuerzos del Equipo de Acción de Pitones de la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida, que en julio de 2025 logró capturar más serpientes que en todo el año anterior.
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DeSantis aseguró que esta medida no solo protege la biodiversidad, sino que también genera oportunidades económicas al aprovechar la piel de los animales eliminados para crear productos de alta gama.

La empresa Inversa argumenta que su modelo de producción es una forma de “restaurar el equilibrio natural” mediante el uso ético de especies no nativas. “Como un subproducto humano de la restauración del ecosistema, los exóticos éticos de Inversa restablecen el equilibrio de la naturaleza”, afirmó la compañía en un comunicado.
Controversia ambiental y ética
Pese al apoyo gubernamental, el proyecto ha despertado críticas de grupos ambientalistas y defensores de los animales, quienes consideran que la iniciativa promueve la explotación de fauna silvestre, aunque sea invasora. Señalan que convertir serpientes en bolsos de lujo envía un mensaje equivocado y que deberían explorarse alternativas más compasivas para el control de la población.

Las autoridades insisten en que las pitones birmanas no son nativas de Florida y representan una amenaza grave: cazan aves, mamíferos y reptiles locales, además de reproducirse rápidamente —una sola hembra puede poner hasta 100 huevos por temporada—, lo que ha generado una crisis ecológica en la región.
Mientras el debate continúa, Florida avanza con su plan, defendiendo la propuesta como una solución práctica y sostenible para frenar la expansión de una especie que ha alterado por completo el equilibrio natural de los Everglades.
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