Una escena insólita fue captada por cámaras de seguridad en el Centro Joyero de Toluca, Estado de México, donde una mujer decidió tragarse un anillo con el fin de robárselo. El curioso intento de hurto fue difundido por el propio establecimiento y se volvió viral en redes sociales, generando sorpresa e indignación entre usuarios y comerciantes.
El video muestra el momento exacto en que la mujer, aparentemente interesada en varias piezas de joyería, conversa tranquilamente con una empleada. En un instante de distracción, toma discretamente un anillo y, sin pensarlo dos veces, lo lleva a la boca para ingerirlo. Todo ocurre con tal naturalidad que la trabajadora continúa mostrándole otros productos sin sospechar nada.
El robo quedó grabado en video
De acuerdo con el personal del negocio, la sospechosa se comportó con total normalidad durante su estancia en el local, incluso después de tragarse la joya. Fue hasta que revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad que confirmaron lo sucedido.
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“Esta señora fue a preguntar por varios anillos y cuando me distraje se lo metió a la boca. Al parecer se lo tragó porque siguió hablando bien”, denunció el establecimiento en sus redes sociales. Junto al mensaje, difundieron las imágenes del acto y pidieron la colaboración del público para identificar a la responsable, cuya identidad aún se desconoce.
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El video no tardó en viralizarse y fue compartido cientos de veces, convirtiéndose en tema de conversación en plataformas como Facebook, X (antes Twitter) y TikTok, donde los usuarios reaccionaron con asombro y burlas ante la inusual manera de cometer el robo.
Joyeros exigen mayor seguridad
Tras el incidente, comerciantes del Centro Joyero de Toluca expresaron su preocupación por el aumento de robos en la zona y pidieron reforzar las medidas de seguridad dentro de los locales. Algunos joyeros señalaron que este tipo de situaciones no solo afectan económicamente, sino que también generan desconfianza entre los clientes.
Mientras tanto, las autoridades locales fueron notificadas del hecho para dar seguimiento al caso y evitar que la mujer intente repetir su método en otros establecimientos.
El singular intento de robo dejó más preguntas que respuestas, pero también una advertencia: en la era de las cámaras y las redes sociales, ningún acto pasa desapercibido.
