Maha Vajiralongkorn, conocido como Rama X, no suele aparecer en la prensa internacional como otros monarcas mediáticos, pero su fortuna lo mantiene en el centro de la atención. De acuerdo con un informe difundido por La Gazzetta, el actual rey de Tailandia posee nada menos que 17.000 propiedades, una flota de 38 jets privados, alrededor de 300 automóviles de lujo y 52 yates, muchos de ellos adornados con detalles dorados.
Desde su ascenso al trono en octubre de 2016, tras la muerte de su padre, Bhumibol Adulyadej, el monarca ha mantenido un perfil reservado. A diferencia de otros reyes que han enfrentado polémicas constantes, Rama X se mantiene alejado de la controversia pública. No obstante, su riqueza y su estilo de vida fastuoso son ampliamente documentados gracias a investigaciones sobre la monarquía tailandesa, una institución envuelta en normas estrictas que limitan la crítica abierta.
Herencia y expansión de la fortuna
Parte fundamental de la fortuna del monarca proviene de la herencia directa del trono. Hasta 2018, la Oficina de los Bienes de la Corona era la encargada de administrar miles de propiedades y empresas asociadas a la familia real.
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Desde ese año, los activos pasaron a control personal de Rama X, ampliando su poder económico. A ello se suman inversiones estratégicas en sectores clave como telecomunicaciones, energía e inmobiliaria, que lo han convertido en una figura con enorme influencia financiera.
Las cifras son apabullantes: el rey posee 6.560 hectáreas de terrenos de manera directa y otras 40.000 en régimen de arrendamiento, repartidas en diversas regiones de Tailandia. Además de extensas áreas agrícolas y residenciales, cuenta con lujosas villas urbanas y palacios distribuidos a lo largo del país. Para su transporte, dispone de 38 aviones privados, mientras que su colección de automóviles de alta gama supera los 300 modelos. La ostentosa flota de 52 yates dorados completa la imagen de un soberano distante del ciudadano común.
Poder e influencia política
Aunque Tailandia es formalmente una monarquía constitucional, Rama X mantiene una influencia simbólica y política considerable. Su control sobre propiedades estratégicas y su participación en empresas clave lo sitúan como uno de los monarcas más ricos y poderosos del mundo.
La concentración de semejante cantidad de bienes en manos de un solo individuo ha despertado el interés internacional. Analistas apuntan que gran parte de la fortuna del rey se gestiona a través de complejas estructuras corporativas, lo que dificulta rastrear sus verdaderas dimensiones. De esta manera, la vida de Rama X refleja una de las paradojas más notorias de Tailandia: un país donde tradición, poder simbólico y ostentación de riqueza conviven en permanente tensión.
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