La comunidad de Cannobio, un pequeño municipio del norte de Italia, amaneció conmocionada el pasado sábado 5 de julio tras conocerse la noticia del fallecimiento del padre Matteo Balzano, un joven sacerdote de tan solo 35 años perteneciente a la diócesis de Novara.
Su cuerpo fue hallado sin vida en la casa parroquial, ubicada junto al templo, luego de que no se presentara a la misa matutina. Autoridades eclesiásticas confirmaron poco después que se trató de un suicidio.
Originario del pueblo de Grignasco, Balzano ingresó al seminario en 2010 y fue ordenado sacerdote en 2017. Su vocación lo llevó a servir en distintas parroquias, entre ellas Borgosesia, Trecate y el Centro Diocesano de Vocaciones. Desde hace un tiempo, se desempeñaba como párroco en Cannobio, donde había establecido fuertes vínculos con la comunidad local.
Una pérdida que sacudió a la comunidad
El alcalde de Cannobio, Gian Maria Minazzi, expresó el desconcierto generalizado que causó la noticia: “Nada hacía pensar que estaba atravesando una situación difícil.
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Tenía una relación muy cercana con los jóvenes y acababa de organizar campamentos de verano para los niños”. El cariño que la comunidad le tenía se reflejó en la multitud que acudió a la vigilia de oración realizada el lunes en su memoria.
A pesar de su aparente entusiasmo y cercanía con los feligreses, el dolor interno que vivía Balzano pasó desapercibido para todos. “Nunca notamos signos de malestar. Realmente no sabemos qué sucedió”, comentó el alcalde.
La salud mental del joven sacerdote
El caso de Matteo Balzano ha reavivado el debate sobre el bienestar emocional de los sacerdotes jóvenes en Italia. Giorgio Ronzoni, párroco y académico en Teología Pastoral, subrayó que muchos sacerdotes experimentan una fuerte presión al pasar de la vida estructurada del seminario a la realidad pastoral. “Hay un malestar generalizado entre los presbíteros jóvenes. Son jóvenes con las mismas fragilidades de su generación”, advirtió.
Monseñor Massimo Angelelli, responsable de la Pastoral de la Salud en la Conferencia Episcopal Italiana, hizo un llamado a romper el silencio sobre la salud mental: “Siempre hay una salida. Nadie debería sentirse atrapado o sin alternativas”.
El funeral del padre Balzano se llevó a cabo el martes 8 de julio, oficiado por el obispo Franco Giulio Brambilla. Fue enterrado en Grignasco, su pueblo natal, donde su familia aún reside.
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