¡Abuelita fue por leña y no regreso! Una historia cargada de amor y lealtad se conoció tras los sismos que sacudieron Guatemala el pasado martes 8 de julio. En el sector El Tablón, en Villa Nueva, las labores de rescate culminaron con el hallazgo del cuerpo sin vida de Regina López Velásquez, una abuelita humilde que fue encontrada abrazada a su perrito, también fallecido.
La conmoción se apoderó de la comunidad luego de que vecinos reportaran su desaparición tras un deslizamiento de tierra provocado por los movimientos telúricos. Regina, de acuerdo con sus conocidos, vivía sola y tenía como único compañero a su perro, al que consideraba parte esencial de su vida.
Una tragedia de una abuelita y su perro
El día del desastre, Regina había salido a recoger leña, como solía hacerlo para subsistir. En ese momento, la tierra cedió y la sepultó junto a su mascota. La alerta de emergencia fue activada de inmediato, y brigadas de bomberos y voluntarios comenzaron con la búsqueda en una zona montañosa de difícil acceso.
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Durante más de 24 horas se mantuvo la esperanza de hallarla con vida. Sin embargo, el equipo de rescate la encontró sin signos vitales, recostada y abrazando a su perrito, también sin vida. La imagen, describen los rescatistas, fue profundamente emotiva y dejó una huella en todos los presentes.
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“Estaba recostada, como protegiendo a su perrito, y él, pegado a su pecho. No se separaron ni en el último momento”, dijo conmovido uno de los socorristas de Guatemala.
Un recuerdo imborrable en El Tablón
La comunidad ha expresado su intención de rendir homenaje a Regina y a su fiel compañero. Las autoridades locales anunciaron que se colocará una cruz y una placa en el sitio donde fueron encontrados, como una forma de mantener viva su memoria.
“No queremos que sea solo una víctima más del sismo. Queremos que su historia se recuerde como un símbolo de amor en medio del desastre”, expresó una vecina del lugar.
El caso de Regina López Velásquez ha conmovido a todo el país, al representar el profundo vínculo que puede existir entre un ser humano y su mascota, incluso en los momentos más trágicos. Una despedida silenciosa, marcada por el amor más puro.
