Pol Box, un sitio arqueológico poco conocido en la selva de Quintana Roo, es un vestigio del reino maya que floreció durante el Clásico Tardío (600-900 d.C.). Oculta entre la densa vegetación, esta antigua ciudad ofrece pistas sobre la complejidad política y cultural de los mayas, un legado que el tiempo casi borró, pero que recientes investigaciones están rescatando.
Ubicado cerca de Bacalar, Pol Box fue un asentamiento secundario vinculado a ciudades mayores como Dzibanché y Kohunlich. Su nombre, que significa “cabeza de jaguar” en maya, refleja su importancia simbólica, posiblemente como un centro ceremonial o administrativo. El sitio incluye plazas, altares y estructuras residenciales, con estelas que narran eventos dinásticos, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
TAL VEZ TE INTERESE: Gobierno de Q. Roo conmemora 106 Aniversario de la Promulgación de la Constitución Mexicana
A diferencia de sitios turísticos como Chichén Itzá, Pol Box permanece en gran parte sin excavar, lo que lo convierte en un tesoro para los arqueólogos. Excavaciones recientes han revelado cerámicas y herramientas que sugieren vínculos comerciales con regiones tan lejanas como el Petén guatemalteco. Estas conexiones indican que Pol Box era parte de una red regional de intercambio y poder.
El sitio también destaca por su arquitectura, con basamentos escalonados y restos de murales que representan escenas mitológicas. Los arqueólogos creen que Pol Box pudo haber sido gobernado por una élite local aliada con la dinastía Kaan, que dominó Calakmul y Dzibanché. Un glifo encontrado en una estela menciona a un gobernante apodado “Señor Jaguar”, reforzando la hipótesis de su rol político.
El aislamiento de Pol Box, rodeado de selva y lagunas, ha protegido sus ruinas, pero también lo hace vulnerable al saqueo y la deforestación. El INAH ha iniciado esfuerzos para mapear el sitio con tecnología LiDAR, revelando estructuras ocultas bajo la vegetación. Estos avances han generado entusiasmo en X, donde usuarios comparten imágenes y piden mayor protección para el sitio.
Visitar Pol Box es un desafío, ya que no cuenta con infraestructura turística. Los viajeros deben coordinar con guías locales y el INAH, pero la experiencia ofrece una conexión íntima con el pasado maya. Las comunidades cercanas, muchas de origen maya, participan en la conservación, compartiendo su conocimiento ancestral con los visitantes.
Pol Box es un recordatorio de la vastedad del mundo maya, con cientos de sitios aún por explorar. Su estudio podría esclarecer las causas del colapso de las ciudades del Clásico Tardío, un misterio que sigue intrigando a los investigadores.
Pol Box, el reino escondido de los mayas, emerge como un testimonio de una civilización que, aunque olvidada por el tiempo, sigue hablando a través de sus ruinas y su legado imborrable.