La comunidad de Cancún se viste de luto ante la confirmación del fallecimiento del doctor Frank Mendiola, una figura entrañable y respetada, cuya vida fue un faro de esperanza para cientos de personas durante los momentos más aciagos de la emergencia sanitaria.
Su partida, lamentablemente, se produce tras semanas de una ardua batalla contra severas complicaciones de salud, dejando un vacío inmenso entre familiares, amigos y la vasta cantidad de pacientes a quienes, con su entrega, les salvó la vida.
El doctor Frank Mendiola, símbolo de solidaridad y lucha

El doctor Mendiola no fue un médico más en tiempos de crisis; se erigió como un verdadero héroe anónimo. Durante la pandemia de COVID-19, su compromiso trascendió los consultorios, atendiendo a más de 500 personas en Cancún. Con una valentía admirable, acudía personalmente a los domicilios de los contagiados, arriesgando su propia integridad para diagnosticar y brindar atención a quienes más lo necesitaban.
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A mediados del pasado mes de mayo, la noticia de sus graves problemas de salud conmovió a la comunidad. Se supo entonces que el doctor Mendiola había sufrido dos “muertes súbitas abortadas” en abril, a causa de arritmias cardíacas letales, y fue diagnosticado con displasia arritmogénica del ventrículo derecho.

La única esperanza residía en una compleja intervención quirúrgica y la implantación de un desfibrilador.
Familiares y amigos, en un esfuerzo desesperado por salvarlo, organizaron eventos y campañas de recaudación de fondos, demostrando el profundo aprecio que se le tenía. La esperanza se encendió cuando, este domingo 1 de junio, el doctor Mendiola se sometió a la esperada cirugía, una intervención de varias horas con la participación de nueve especialistas.

Una pérdida irreparable para la comunidad
Sin embargo, a pesar del optimismo y las oraciones, la mañana de este lunes 2 de junio de 2025, se confirmó su deceso. Cancún despide hoy a un profesional excepcional, un exfuncionario comprometido con la salud municipal y, sobre todo, a un ser humano extraordinario que encarnó la vocación de servicio.

Su legado de altruismo y valentía perdurará en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y ser atendidos por sus manos. Descanse en paz, doctor Frank Mendiola.