En un contexto donde la inteligencia artificial (IA) se ha integrado profundamente en las actividades académicas, un número creciente de estudiantes universitarios está tomando la decisión consciente de limitar o abandonar el uso de herramientas como ChatGPT. Esta elección surge de la preocupación por mantener su capacidad de pensamiento crítico, creatividad y esfuerzo personal en sus procesos de aprendizaje.
El caso de Mónica de los Ángeles Rivera Sosa
Mónica de los Ángeles Rivera Sosa, estudiante de 20 años de Comunicación Política en el Emerson College de Boston, compartió su experiencia con el uso de ChatGPT. Inicialmente, comenzó a utilizar esta herramienta durante su segundo año universitario para gestionar una carga académica y extracurricular abrumadora. Lo que empezó como una ayuda para tareas menores, rápidamente se convirtió en una dependencia para la mayoría de sus trabajos. Aunque logró completar el curso con éxito, Mónica se dio cuenta de que no recordaba la última vez que había escrito un ensayo por sí misma, una actividad que solía disfrutar profundamente. Esta revelación la llevó a dejar de utilizar la aplicación.
Otros estudiantes
Macarena Paz Guerrero, estudiante de tercer año de Periodismo en la Universidad Ramon Llull, también decidió reducir el uso de IA en sus estudios. Observó que su creatividad disminuía y sentía que su aprendizaje se veía afectado. Macarena enfatiza la importancia de fomentar la experimentación y el pensamiento crítico en la universidad, en lugar de depender de respuestas generadas por máquinas sin una comprensión profunda del contenido.
Estudios y opiniones de expertos
Un estudio reciente de Microsoft, que entrevistó a 319 trabajadores, reveló que el uso de herramientas de IA puede llevar a una menor diversidad en los resultados y a una disminución del esfuerzo intelectual. Los usuarios tienden a confiar en las respuestas generadas por la IA, lo que puede limitar la generación de ideas propias.
Francisco Javier González Castaño, catedrático de la Universidad de Vigo y experto en chatbots con IA, señala que las personas más exigentes consigo mismas y con alta confianza en sus habilidades son menos propensas a depender de la tecnología. Sin embargo, reconoce que para tareas repetitivas, la IA puede ser una herramienta útil.
Violeta González, pianista y estudiante de un máster pedagógico en el Real Conservatorio de Bruselas, plantea una reflexión crítica: si una máquina puede resolver fácilmente una tarea universitaria, el problema radica en el sistema educativo. Destaca que la IA aún no puede replicar el espíritu crítico humano, y que las respuestas generadas por herramientas como ChatGPT deben ser vistas como puntos de partida que requieren la intervención y juicio del estudiante.
Otras preocupaciones
A pesar de las preocupaciones, la IA generativa está ampliamente adoptada en el ámbito universitario. En España, se estima que el 89% de los estudiantes utiliza herramientas de IA. Sin embargo, existen inquietudes sobre el impacto de estas tecnologías en la memoria, la creatividad y el medio ambiente.
La integración de la inteligencia artificial en la educación plantea desafíos significativos. Mientras que estas herramientas ofrecen beneficios en términos de eficiencia, es crucial encontrar un equilibrio que permita a los estudiantes desarrollar habilidades esenciales como la creatividad y el pensamiento crítico. La reflexión sobre el uso adecuado de la IA es fundamental para evitar una uniformización intelectual y preservar la riqueza del aprendizaje humano.