A lo largo del siglo XXI, Quintana Roo ha sido una de las regiones mexicanas más afectadas por huracanes. Su ubicación en el Caribe lo convierte en un punto vulnerable, especialmente durante la temporada ciclónica.
Estos fenómenos han dejado cicatrices en su infraestructura, su economía y su población, pero también han impulsado mejoras importantes en materia de protección civil y resiliencia.
Los huracanes más destructivos de Cancún

En 2005, dos ciclones marcaron profundamente la historia de Quintana Roo. Emily, de categoría 4, azotó Tulum y zonas aledañas con lluvias e inundaciones que evidenciaron la debilidad de los sistemas de drenaje.
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Poco después llegó Wilma, un huracán categoría 5 con vientos de hasta 295 km/h, considerado uno de los más devastadores en la historia del Atlántico. Cancún, Cozumel y Playa del Carmen sufrieron graves daños y miles de personas quedaron sin hogar.
En 2007, Dean, otro huracán de categoría 5, impactó directamente la costa cerca de Majahual. Gracias a evacuaciones oportunas, se evitaron tragedias mayores, aunque los daños materiales fueron significativos, especialmente en zonas turísticas.
Más recientemente, en 2020, Delta y Gamma afectaron el estado con fuerza. Delta, categoría 4, causó cortes eléctricos y daños en Cancún. Gamma, aunque menos intenso, generó serias inundaciones por su persistencia, afectando viviendas y comercios en distintas comunidades.
Fortaleciendo la preparación ante futuros huracanes

Las repetidas amenazas naturales han motivado a Quintana Roo a invertir en infraestructura resiliente, mejorar sus sistemas de alerta temprana y capacitar a la población. Las autoridades estatales han fortalecido los planes de evacuación y han desarrollado campañas de concientización para actuar ante emergencias.
Además, la colaboración con organizaciones internacionales ha sido clave para obtener apoyo técnico y logístico. El aprendizaje constante ha transformado la respuesta a desastres naturales en una prioridad del desarrollo estatal.
Hoy, Quintana Roo no solo enfrenta los huracanes con mayor preparación, sino que trabaja en mitigar sus impactos a través de una estrategia integral que combina tecnología, educación y desarrollo sostenible.