Durante los primeros años del desarrollo turístico de Cancún, en la década de 1970, se construyó una pista de aterrizaje para facilitar la llegada de vuelos a la ciudad. Ante la creciente necesidad de coordinar el tráfico aéreo, se erigió una torre de control construida con madera local, que operó hasta 1976, cuando fue desmantelada para dar paso a la creación de un nuevo aeropuerto en la zona que hoy ocupa la Avenida Kabah.
Aunque en su momento no se le otorgó la importancia histórica que merecía, con la llegada del nuevo milenio, los pioneros de la ciudad exigieron la creación de una réplica exacta de la torre original, considerándola un símbolo de Cancún. Esta réplica se instaló en el año 2000 en el sitio que había sido la primera pista aérea del destino turístico, ubicada entre las avenidas Luis Donaldo Colosio, Kabah (Javier Rojo Gómez) y Tulum, justo en la entrada por carretera de la ciudad.
La estructura resistió los embates del huracán Wilma en 2005, que solo le arrancó el techo, pero dejó intacta su base. Sin embargo, en 2008, fue desarmada para la construcción de un paso a desnivel, y tras las protestas de los ciudadanos, fue reinstalada en su lugar original. En 2020, un incendio en su interior puso en peligro su existencia, pero gracias a la rápida intervención de los bomberos, se logró controlar el siniestro.
A lo largo de los años, la réplica de la torre de control ha enfrentado diversos desafíos, incluyendo su cierre al público en 2015 debido a comportamientos inapropiados de algunos visitantes. A pesar de ello, sigue siendo un emblema de la ciudad y un recordatorio de sus orígenes como destino turístico.