La economía mexicana está mostrando signos preocupantes que podrían indicar una recesión inminente. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) registró en marzo de 2025 una contracción anual del 2.55%, la más pronunciada desde febrero de 2021. Este indicador refleja el gasto de las familias mexicanas en bienes y servicios, y su caída sugiere una disminución en la actividad económica doméstica.
La disminución en el consumo privado es un reflejo de diversos factores que afectan la economía del país. Entre ellos se encuentran la inflación persistente, el aumento en las tasas de interés y la incertidumbre económica global. Estos elementos han reducido el poder adquisitivo de los consumidores, llevándolos a limitar sus gastos y a ser más cautelosos en sus decisiones financieras.
Además, la inversión privada ha mostrado señales de debilidad, y las exportaciones se han visto afectadas por las tensiones comerciales internacionales. La combinación de estos factores ha generado un entorno económico desafiante, en el que tanto las empresas como los consumidores enfrentan dificultades para mantener sus niveles de actividad y gasto.
Expertos económicos advierten que, si esta tendencia continúa, México podría entrar en una recesión técnica, definida como dos trimestres consecutivos de contracción en el Producto Interno Bruto (PIB). Las autoridades económicas del país están monitoreando de cerca la situación y evaluando posibles medidas para estimular la economía y evitar una recesión prolongada.