Quintana Roo, un estado ubicado en el sureste de México, es reconocido no solo por sus paradisíacas playas y destinos turísticos de renombre mundial, sino también por su invaluable riqueza arqueológica. En su territorio se encuentran diversas zonas arqueológicas que permiten a los visitantes adentrarse en la historia y la cultura de la antigua civilización maya. En total, existen 19 sitios arqueológicos abiertos al público en esta entidad, cada uno con características únicas que lo hacen especial.
Entre los sitios más destacados se encuentra Tulum, una de las ruinas mayas más visitadas del país, situada en un acantilado frente al mar Caribe. Este sitio ofrece una combinación única de belleza natural y legado histórico. Otro sitio de gran relevancia es Cobá, conocido por sus imponentes estructuras, entre ellas la pirámide Nohoch Mul, una de las más altas de la región. Muy cerca de la Riviera Maya también se localiza Muyil, un sitio que destaca por su cercanía con la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, un ecosistema protegido que alberga una gran diversidad de flora y fauna.
Otro lugar de interés es Chacchoben, situado al sur del estado, cerca de la Laguna de Bacalar. Este sitio arqueológico se caracteriza por sus templos y estructuras piramidales rodeadas de exuberante vegetación. Asimismo, Kohunlich es reconocido por su icónico Templo de los Mascarones, una estructura decorada con enormes rostros de estuco que representan figuras divinas.
Por otro lado, Oxtankah es una de las zonas arqueológicas más importantes en el área de Chetumal y se cree que fue un centro de gran relevancia en la época prehispánica. Dzibanché y Kinichná, también ubicados en la parte sur del estado, conforman un complejo arquitectónico fascinante que evidencia la influencia y el poder de los antiguos mayas.
Las zonas arqueológicas de Quintana Roo no solo ofrecen una ventana al pasado, sino que también representan un atractivo cultural y turístico para quienes buscan explorar más allá de las playas y los resorts de la región. Estos sitios, protegidos y administrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), permiten conocer la impresionante arquitectura, costumbres y formas de vida de la civilización maya. A través de cada una de estas ruinas, es posible comprender mejor la historia de la península de Yucatán y la importancia de preservar este legado para futuras generaciones.