La Expropiación Petrolera del 18 de marzo de 1938 fue un evento clave en la historia de México, cuando el presidente Lázaro Cárdenas tomó la decisión de nacionalizar la industria petrolera. Esta medida implicó que el Estado mexicano recuperara el control de los yacimientos y las empresas extranjeras que operaban en el país, como parte de un esfuerzo por fortalecer la soberanía económica.
El decreto fue respaldado por la población mexicana, que organizó colectas para indemnizar a las compañías afectadas, mientras que países como Estados Unidos y el Reino Unido protestaron por la medida. Para administrar el petróleo nacionalizado, el gobierno creó Petróleos Mexicanos (Pemex), una empresa estatal que durante décadas fue símbolo del desarrollo económico del país.
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La expropiación no estuvo exenta de desafíos. México enfrentó boicots internacionales y tuvo que encontrar nuevos mercados para su petróleo. Sin embargo, el control estatal del sector permitió la expansión de la industria y el financiamiento de proyectos de infraestructura y desarrollo social.
Hoy en día, la Expropiación Petrolera sigue siendo un referente en la historia nacional. Cada 18 de marzo se conmemora el evento, aunque el debate sobre la participación del sector privado en la industria sigue siendo un tema de discusión política y económica en México.
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Con información de INFOBAE