¿Olor a viejo? El paso del tiempo deja marcas en nuestro cuerpo que van más allá de las arrugas y las canas. Un aspecto menos evidente, pero científicamente comprobado, es la transformación del olor corporal con la edad.
Aunque muchas personas asocian este fenómeno con la vejez avanzada, lo cierto es que comienza mucho antes de lo que imaginamos: a partir de los 30 años.
¿Existe el olor a viejo en personas?
El químico José María Antón, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explica que este cambio en el aroma personal se debe a la evolución de la química de nuestra piel con el envejecimiento.
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A medida que pasan los años, la producción de lípidos en la superficie cutánea aumenta, mientras que la capacidad antioxidante del cuerpo disminuye. Esto provoca la oxidación de los lípidos, generando un compuesto llamado 2-nonenal, responsable del característico “olor a viejo”. Antón señala que este aroma puede percibirse incluso en residencias de ancianos, sin importar su nivel de limpieza.
¿Por qué se da el olor a viejo?
Además del proceso natural de oxidación de los lípidos, otros factores pueden influir en la variación del olor corporal con la edad. La dieta, el consumo de ciertos medicamentos y condiciones médicas como la diabetes pueden modificar la química de la piel y alterar la percepción del aroma corporal.
Asimismo, los cambios hormonales que ocurren con la menopausia y el envejecimiento pueden intensificar estos efectos.
¿Cómo quitar el olor a viejo en el cuerpo?
Si bien el “olor a viejo” es un proceso natural, existen estrategias para reducir su impacto. Mantener una buena higiene, usar jabones con propiedades antioxidantes y mantener una dieta equilibrada rica en antioxidantes pueden ayudar a disminuir la presencia de compuestos volátiles como el 2-nonenal. Además, el uso de ropa transpirable y productos específicos para el cuidado de la piel pueden contribuir a mitigar este efecto.
Un estudio publicado en la revista Plos One analizó la variación del olor corporal en distintas edades. Para ello, 44 personas de diferentes grupos etarios durmieron con camisetas que absorbieron su olor durante varios días.
Posteriormente, las muestras fueron evaluadas y se concluyó que los adultos mayores tenían un aroma más fácil de identificar, mientras que los olores de jóvenes y personas de mediana edad eran similares. Este hallazgo sugiere que, al igual que en otras especies animales, los seres humanos pueden detectar la edad de un individuo solo por su olor.
Además del 2-nonenal, otros compuestos volátiles, como el ácido isovalérico, contribuyen a este fenómeno. Sin embargo, los expertos enfatizan que el “olor a viejo” no está relacionado con la falta de higiene, sino con procesos biológicos naturales e inevitables.
Aunque aún no se ha determinado si este cambio afecta las interacciones sociales con las personas mayores, la ciencia ha demostrado que la evolución del olor corporal es parte ineludible del envejecimiento.
Estos descubrimientos ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo nuestro cuerpo cambia con el tiempo y abren la puerta a futuras investigaciones sobre el impacto del olor en la percepción y relaciones humanas.
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