El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha lanzado una advertencia contundente al grupo islamista palestino Hamás: si no libera a los rehenes israelíes antes del mediodía del sábado 15 de febrero, Israel reanudará una ofensiva militar en la Franja de Gaza. Esta decisión fue tomada tras una reunión de cuatro horas del gabinete de seguridad israelí.
Netanyahu afirmó que, de no cumplirse la liberación de los rehenes en el plazo establecido, el alto el fuego llegará a su fin y el ejército israelí intensificará sus operaciones hasta lograr la derrota definitiva de Hamás. Aunque no especificó el número exacto de rehenes que deben ser liberados, se entiende que la exigencia incluye a los nueve cautivos aún con vida que estaban previstos en el canje inicial.
En preparación para una posible escalada, las Fuerzas de Defensa de Israel han movilizado tropas adicionales y reservistas en las proximidades de Gaza, anticipándose a diversos escenarios que podrían desarrollarse si Hamás no cumple con la liberación de los rehenes.
Esta postura de Israel cuenta con el respaldo del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha instado a Hamás a liberar a todos los rehenes antes del sábado al mediodía, advirtiendo que, de no hacerlo, se desatará una respuesta contundente. Trump ha expresado su apoyo a la “visión revolucionaria para el futuro de Gaza”, que contempla medidas drásticas en la región.
Por su parte, Hamás ha acusado a Israel de incumplir el acuerdo de alto el fuego, señalando retrasos en el retorno de desplazados al norte de Gaza, continuas operaciones militares que han resultado en la muerte de palestinos, y la entrada limitada de ayuda humanitaria, incluyendo tiendas de campaña y viviendas prefabricadas. Estas acusaciones han llevado a Hamás a suspender el canje de rehenes previsto, aumentando la tensión en la región.
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos acontecimientos, conscientes de que el fracaso en la liberación de los rehenes y el consecuente reinicio de las hostilidades podrían desencadenar una escalada de violencia con graves implicaciones para la estabilidad en el Medio Oriente.