Durante su reciente intervención en el Foro de Legisladores en Materia de Comercio de América del Norte, celebrado en Monterrey, Claudia Sheinbaum Pardo, coordinadora de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, subrayó la necesidad de que las relaciones entre México, Estados Unidos y Canadá se basen en el respeto mutuo. Según Sheinbaum, el fortalecimiento de los lazos comerciales y diplomáticos solo es posible cuando las naciones reconocen y valoran los intereses y soberanías de sus socios.
Un mensaje claro: la dignidad nacional no es negociable
Sheinbaum fue enfática al señalar que México es un país con una rica historia, recursos estratégicos y un papel clave en el desarrollo regional. En este contexto, sostuvo que no puede permitirse que se le trate como un actor secundario en las negociaciones internacionales. “A México se le respeta”, afirmó, aludiendo a que cualquier colaboración debe partir de un entendimiento equilibrado donde la equidad y la cooperación sean los principios rectores.
La política enfatizó que, aunque la relación entre los tres países es esencial para enfrentar desafíos comunes, como el cambio climático, la migración y el comercio, estas conversaciones no deben traducirse en presiones externas que comprometan las decisiones soberanas de México. En este sentido, su discurso también buscó enviar un mensaje a las élites políticas y empresariales de los países vecinos: México es un socio estratégico y no un subordinado.
Compromiso con la integración regional basada en la igualdad
Durante su participación, Sheinbaum destacó que México ha mostrado un crecimiento significativo en su capacidad productiva, convirtiéndose en un motor económico dentro de la región. Sin embargo, advirtió que las asimetrías históricas en las relaciones con Estados Unidos y Canadá deben ser atendidas para garantizar que los beneficios del comercio trilateral sean distribuidos de manera justa.
Asimismo, Sheinbaum resaltó que la cooperación no debe limitarse al ámbito comercial, sino extenderse hacia áreas como la transferencia tecnológica, la inversión en infraestructura sostenible y el fortalecimiento de los derechos laborales en todos los países de la región. Según ella, esto no solo impulsará la competitividad de América del Norte, sino que también permitirá a México posicionarse como un referente en desarrollo y justicia social.
Un liderazgo que proyecta visión internacional
El discurso de Sheinbaum refleja su intención de consolidarse como una figura política de alcance global, capaz de dialogar con las principales potencias de la región. Además, envió una señal clara sobre su postura ante el manejo de las relaciones exteriores en el marco de los desafíos actuales.
La coordinadora dejó en claro que su proyecto político prioriza la defensa de la soberanía nacional y el bienestar del pueblo mexicano, mientras busca construir puentes sólidos con sus socios norteamericanos. Para Sheinbaum, este equilibrio entre dignidad y cooperación es fundamental para que México avance hacia un futuro de mayor prosperidad e influencia en la arena internacional.