Brasil enfrenta la sequía más severa desde que se tienen registros, afectando al 59% del territorio nacional, un área casi equivalente a la mitad de Estados Unidos.
Esta crisis ha provocado que los principales ríos de la cuenca del Amazonas alcancen niveles históricamente bajos, mientras incendios fuera de control devastan áreas protegidas y deterioran la calidad del aire en grandes ciudades como Sao Paulo.
Los devastadores incendios en el Amazonas
El humo generado por los incendios ha tenido graves repercusiones. El pasado lunes, Sao Paulo, con 21 millones de habitantes, registró el segundo aire más contaminado del mundo, después de Lahore, Pakistán, según IQAir, una compañía suiza especializada en monitoreo del aire. Este impacto en la salud pública se suma a la ya crítica situación ecológica y social.
TAL VEZ TE INTERESE: Evacúan un pueblo entero en Nuevo México por un par de incendios intensos
Nayara Stacheski, directora del Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, uno de los principales destinos turísticos de Brasil, explicó la gravedad del panorama: “La temporada de sequía comenzó mucho antes que en años anteriores, y aunque la temporada de lluvias fue intensa, también fue breve”.
El parque está siendo consumido por incendios, que se ven exacerbados por las altas temperaturas, los vientos intensos y la baja humedad. Actualmente, 80 bomberos y dos aeronaves trabajan para controlar las llamas, y se espera la llegada de un helicóptero con más refuerzos.
La caída del agua Brasil
Además del fuego, la sequía ha afectado gravemente los ríos Amazonas y Madeira, donde los niveles del agua han caído a mínimos históricos en ciudades como Tabatinga, dejando a decenas de comunidades aisladas.
Filadelfia, una de las más grandes, donde residen 387 familias de la tribu tikuna, enfrenta una crisis humanitaria. La escasez de agua potable ha obligado a los niños a beber agua contaminada, lo que ha provocado un aumento en enfermedades, según informó Myrian Tikuna, líder local.
La sequía y los incendios no son fenómenos aislados. Brasil ha registrado casi 160.000 incendios en lo que va del año, el peor récord desde 2010. La mayoría de estos incendios han sido provocados como parte de la deforestación o para despejar terrenos agrícolas. El área quemada es equivalente al tamaño de Italia, y la falta de lluvias hasta octubre solo agravará la situación.
La gravedad del cambio climático en Brasil es evidente. Myrian Tikuna advirtió: “Este solía ser el río Amazonas. Ahora es un desierto. Si las cosas empeoran, nuestra gente desaparecerá”.
TAL VEZ TE INTERESE: ¿Qué está pasando? Humo causado por incendios en Bolivia cubre a Argentina