Cerca del año 1923, se construyó en la selva cercana a la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, el primer alojamiento, conocido como Hotel Mayaland; el cual, en los últimos años, ha estado en litigio por dos empresarios, Fernando Barbachano Herrero y Rodolfo Rosas Moya.
Conflicto por Hotel Mayaland
El conflicto por el icónico Hotel Mayaland inició en octubre de 2020 cuando Rosas Moya y Fernando Barbachano establecieron un interés de compraventa de Mayaland y The Lodge at Chichén Itzá, pero no se concretó porque el interesado en comprar no cumplió con los pagos establecidos en la promesa de compraventa inicial.
De acuerdo con datos del Diario de Yucatán, Rosas Moya había aceptado entregar un adelanto de seis millones de dólares, el 3 de junio de 2020, como requisito para escriturar los predios a su nombre el 29 de diciembre; el empresario, aparentemente, no cumplió a tiempo con la totalidad de ese pago, pese a varias solicitudes de cambio de fecha para hacerlo, que le habría otorgado el vendedor.
Por los atrasos, el contrato se rescindió y se le aplicó a Rosas Moya una pena de seis millones de dólares, así lo indicó Barbachano Herrero.
“Se canceló la operación y los hoteles ya no están a la venta”, añade.
En la entrevista con Central 9, el empresario Rosas Moya dijo que el último pago por 1.5 millones de dólares, que debía hacer para completar ese adelanto, Barbachano Herrero no se lo quiso aceptar.
¿Caso de corrupción?
Abogados que encabezan la defensa de Fernando Eugenio Barbachano Herrero, cuya familia es propietaria desde hace muchas décadas de los hoteles Mayaland y The Lodge at Chichén Itzá, declararon que no se realizó un contrato de compraventa y que el señor Rosas Moya no realizó los pagos pactados, incluso que las Fiscalías de Quintana Roo y Yucatán lo han favorecido.
“Jamás se ha celebrado un contrato de compraventa, sino una promesa de compraventa. En nuestro ordenamiento jurídico esos contratos son de carácter preparatorio y su única finalidad es que cumplidos ciertos requisitos, pueda celebrarse el contrato definitivo de compraventa. En este caso dependía de una serie de pagos que no realizó en tiempo Rosas Moya, así que, tal como estaba notificado en el contrato, Barbachano le notificó la rescisión del contrato, haciendo efectiva una pena convencional”, comentó Gerardo Ostos, abogado que lidera la defensa en este problema que se originó hace casi tres años.
Asimismo, Ostos destacó que, los hoteles se encuentran ubicados en Yucatán, y fue en esa demarcación jurisdiccional que se celebró el contrato de promesa de compraventa. Sin embargo, “de manera inusual, y aquí es donde empiezan las irregularidades, se presenta una denuncia en contra de Barbachano tratando de señalarlo por el hecho de fraude, pero en Quintana Roo, estado que no tiene competencia para conocer de estos hechos porque ocurrieron en Yucatán”.
El abogado, manifestó que la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo ordenó el aseguramiento del inmueble, sin contar con una autorización del juez de control, a pesar de que no se cumplen los requisitos del código nacional de procedimientos penales.
“Hay una jurisprudencia muy amplia tanto de la Suprema Corte como de la Corte Interamericana al respecto, totalmente olvidada en este asunto y precisamente al no tener competencia en Yucatán, lo que hace la FGE de Q. Roo es girar un oficio de colaboración a la Fiscalía de Yucatán y aquí viene uno de los actos más aberrantes que se han cometido en este entramado”, detalló.
Comentó que la FGE de Yucatán únicamente estaba obligada en cumplimiento a ese oficio de colaboración a inscribir en el Registro Público esa medida de aseguramiento; sin embargo, excediéndose por completo de acuerdo a lo dictado por Quintana Roo, designó a su entera discreción a un apoderado de Rosas Moya como depositario de los hoteles; esta depositaría únicamente puede tener sustento y justificación, cuando en un juicio ejecutivo mercantil así haya sido autorizado por el órgano jurisdiccional, tal como lo establece el artículo 232 del Código Nacional de Procedimientos Penales.
Desde entonces, los inmuebles están ocupados de manera ilegítima a través de uno de sus apoderados legales, que reconoció ya abiertamente en una carpeta de investigación que se sigue por delito de despojo, que él tomó la posesión en la madrugada, a pesar de que no tiene ningún título jurídico para ello y mucho menos autorización de un juez.
Según, Barbachano Herrero, las propiedades fueron invadidas en la madrugada del viernes 18 de febrero pasado por un grupo de golpeadores contratados por la empresa Inmobiliaria R4 SA de CV, propiedad de Rodolfo Rosas Moya.
“El allanamiento violento por gente armada, sin intervención de las autoridades ni el auxilio oportuno de la policía a favor de estos hoteles íconos turísticos de nuestro país ante el mundo, puede afectar severamente la buena imagen que en materia turística tiene México a nivel internacional”, señaló.
Refirió además que los delincuentes amagaron y agredieron al personal del hotel además de tomar control de las propiedades aun cuando al momento de los hechos había presencia de huéspedes nacionales y extranjeros.
Acompañado del abogado Manuel Rodríguez Villamill, el empresario yucateco refirió que con motivo de estos lamentables hechos, interpusieron ante la Fiscalía General del Estado de Yucatán la denuncia correspondiente y se abrió la carpeta de investigación UNATD13 GF/00274/2022.
Gerardo Ostos, señaló que ya existe una investigación en curso, muy avanzada, en la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, principalmente porque en términos de los tratados internacionales, corrupción es todo acto u omisión que realiza una autoridad pública, con el fin de favorecer a otro.
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Así es el Hotel Mayaland
Este icónico hotel, destaca por estar inmerso en la selva, ofreciendo a sus visitantes una experiencia única que combina el confort moderno con la proximidad a uno de los sitios arqueológicos más importantes de la cultura maya, la Zona Arqueológica de Chichen Itzá.
El Hotel Mayaland fue diseñado para integrarse armoniosamente con la naturaleza y las pirámides cercanas, convirtiéndose en el primer hotel construido en una zona arqueológica en México.
Debes saber que sus instalaciones incluyen amplias habitaciones, restaurantes que ofrecen gastronomía local e internacional, y diversas actividades que permiten a los huéspedes explorar la riqueza cultural y natural de la región.