Leona Vicario, mujer, periodista, hija de comerciantes, intelectual y heroína. Su nombre es símbolo de libertad y rebeldía; y en su honor, una población del municipio más joven de Quintana Roo, Puerto Morelos y una estación del Tren Maya, llevan su nombre.
Durante la guerra de independencia, enviaba ropa, medicina y armas a los insurgentes, así como información sobre los movimientos políticos y militares ocurridos en la capital, estableciendo una comunicación en clave mediante informes publicados en El Ilustrador Americano.
¿Quién fue Leona Vicario?
María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, nacida el 10 de abril de 1789 en la Ciudad de México. Fue considerada como la primera periodista del país y celebrada por su contribución a la Independencia de México.
Leona Vicario, fue hija del comerciante español Gaspar Martín Vicario y de la criolla Camila Fernández de San Salvador y Montiel.
Desde pequeña recibió buena educación, de acuerdo a los cánones de la época, lo que desató el ingenio de la mujer.
A sus 18 años, quedó huérfana, bajo el tutelaje de su tío, el doctor en leyes y abogado Agustín Pomposo Fernández de San Salvador.
Gracias a la posición familiar y a los bienes heredados de sus padres, Leona Vicario estudió Bellas Artes y Ciencias.
A través de los estudios, Leona Vicario desarrolló un enorme sentido crítico frente al mundo y años después comenzó a ejercer el periodismo.
Publicó en diarios como:
- El Semanario Patriótico Americano
- El Federalista
- El Ilustrador Americano.
Fue en el periódico El Ilustrador Americano donde los insurgentes observaron su trabajo y se pusieron en contacto con ella.
Cuando la Guerra de Independencia estalló, Leona Vicario se unió al movimiento. Desde la Ciudad de México, ella les daba información de lo que ocurría en la capital mexicana, además de ayudarles con algunos bienes para apoyar la causa libertaria.
Leona Vicario dominaba perfectamente las bellas artes, las ciencias y varios idiomas, conocimientos que le permitieron que desarrollara una aguda conciencia crítica y social que más tarde canalizó a través del periodismo.
Se unió al grupo clandestino Los Guadalupes, agrupación que fue esencial en el conflicto al proveer de inteligencia, así como recursos materiales y armamentísticos a los insurgentes.
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La historia de Vicario ilustra no solo su contribución vital en la inteligencia militar al inicio de la guerra de independencia sino también subraya la participación femenina en este proceso histórico.
Su captura en 1813, a raíz de la intercepción de correspondencia dirigida a los rebeldes, no mermó su espíritu; al contrario, se negó a delatar a sus compañeros.
Tras su liberación, encontró seguridad y compañerismo en Oaxaca junto a Andrés Quintana Roo, su futuro esposo, con quien viviría el resto de la guerra, manteniéndose fiel a la causa hasta la consumación de la independencia.
Enfrentó críticas en su momento, como las de Lucas Alamán quien en 1831 desestimó sus acciones atribuyéndolas a un “cierto heroísmo romancesco”, pese a ello, Vicario defendió su participación en la gesta independentista con firmeza, asegurando que las mujeres no solo eran movidas por el amor, sino también por “los deseos de la gloria y de la libertad de la patria”.
Falleció el 21 de agosto de 1842, con una memoria de valor y determinación. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia de la Ciudad de México.