La población marroquí está este domingo de luto. Tal y como informó este sábado el Palacio Real Marroquí, la princesa Lalla Latifa, viuda del Rey Hasán II y madre del actual monarca del país, Mohamed VI, fallecía a los 78 años a causa de un cáncer de páncreas del que estaba siendo tratada en París.
De hecho, su estado de salud era últimamente tan delicado que en abril su hijo y rey Mohamed VI viajó hasta Francia tan pronto terminó el ramadán y él acabó de presidir varias ceremonias religiosas en Marruecos para visitar a su madre, cuya salud ya estaba muy deteriorada. Al parecer su muerte se produjo en el palacio de Dar Essalam, en Rabat.
“El portavoz oficial del Palacio Real anuncia con gran pena y gran pesar la muerte de Su Alteza Real la princesa Lalla Latifa, que en paz descanse el sábado 29 de junio de 2024”, ha publicado el Palacio Real en un comunicado, que además decía: “Lloramos esta dolorosa pérdida y pedimos a Alá Todopoderoso que conceda a la fallecida su infinita misericordia y le conceda su paraíso y prolongue la vida de Su Majestad el Rey Mohamed VI, que Alá le preserve y perpetúe su gloria.
A Alá pertenecemos y a Él regresaremos”, concluye el texto, que invitaba a rezar por la difunta. Una princesa a la que pocos fieles sin embargo conocían, pues jamás tuvo un papel público, nunca apareció al lado de su esposo y sus hijos y siempre se mantuvo alejada de los medios de comunicación.
Hoy, sin embargo, el nombre de Lalla Latifa Amahzún ha resonado no sólo en Marruecos, sino en el mundo entero. La princesa, de origen bereber, nació en 1946 en Jenifra dentro de la destacada familia Amazún, de la tribu Zayán. Su padre, Hasán Uld Muha u Hamú Zayani, era el bajá de Jenifra, en el interior de Marruecos. El 9 de noviembre de 1961 contrajo nupcias con Hasán II, que mismo año ya se había desposado con una prima suya, llamada Lalla Fatima.
El monarca convivió con ambas mujeres, pero sólo tuvo hijos con Lalla Latifa: tres niñas (Lalla Maryem, Lalla Asma y Lalla Hasna) y dos varones, Mohamed VI y el príncipe Mulay Rachid. Conocida siempre por su discreción, siempre fue una princesa muy querida dentro del reino alauí, especialmente por las causas solidarias que abanderaba, pues era la presidenta de honor de la Sociedad Protectora de Animales y presidenta de la Fundación Lalla Asma para niños sordos.
Más discreta se hizo aún después del fallecimiento del rey Hassan II en 1999, pues años después Lalla se casó de nuevo con el hombre de confianza de su marido, Mohamed Mediouri, que lo protegió como guardaespaldas y jefe de seguridad de la Casa Real hasta el fin de sus días. Ambos residían en el Castillo de Betz, un pequeño pueblo de mil habitantes ubicado a 60 kilómetros al noreste de París, que Mohamed VI había heredado de su padre y que, como curiosidad, tres siglos atrás llegó a pertenecer a una princesa de Mónaco que tuvo que huir a manos de la Revolución Francesa.
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El matrimonio entre Lalla y Mohamed no estuvo exento de disgustos, pues el nuevo marido de la princesa sufrió un intento de asesinato en 2019 a la entrada de la mezquita Al Anuar en Marrakech durante el sermón de los viernes, cuando siete hombres armados con pistolas intentaron acabar con su vida.
No hay duda de que uno de quienes más han sentido la pena de la pérdida de la princesa es el propio Rey Mohamed VI, que adoraba tanto a su madre que en 2018 inauguró la Mezquita de Su Alteza la Princesa Lalla Latifa en Salé en reconocimiento a su contribución. El edificio tiene arquitectura tradicional andaluza y moderna y capacidad para 1800 fieles, con dos salas de oración -para hombres y mujeres-, una escuela coránica, alojamiento para el imam y el almuédano y comercios.
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Con información de El Economista