Como consecuencia del cambio climático, ciudades y países de todo el mundo se enfrentan a la subida del nivel del mar, a largos periodos de sequía y a otras condiciones meteorológicas extremas.
En muchos casos, es demasiado tarde para construir infraestructuras que puedan evitar los cambiantes patrones climáticos. Por ello, muchos países optan por mitigar o adaptarse a los nuevos escenarios a los que se enfrentan, con planes que van desde el cultivo de espacios verdes hasta la construcción de ciudades totalmente nuevas.
Si piensas en la ciudad de Los Ángeles, seguramente venga a tu mente una ciudad cálida y soleada. Sin embargo, en los últimos años, esta región azotada por la sequía ha vislumbrado veranos insoportablemente abrasadores debido al efecto de isla de calor urbano (UHI). Esto significa que sus áreas metropolitanas se han vuelto significativamente más calurosas que las regiones rurales cercanas.
En los días soleados, las superficies oscuras, como los edificios y el asfalto, absorben la luz y la convierten en calor, que queda atrapado en la ciudad hasta que cae la oscuridad y tiene tiempo de disiparse. Esto significa que las ciudades permanecen a temperaturas mucho más elevadas durante mucho más tiempo
Los Ángeles tuvo en 2017 su tercer año más caluroso jamás registrado, lo que provocó la decisión de que era necesario actuar para mitigar el efecto UHI.
El entonces alcalde, Eric Garcetti, se fijó el objetivo de reducir la temperatura de la ciudad en los próximos 20 años. Esto incluía un programa piloto para pintar las calles con un revestimiento blanco grisáceo reflectante del sol en tres barrios. De este modo se pretende enfriar el pavimento.
En colaboración con investigadores académicos, las pruebas preliminares sugieren que este método puede reducir las temperaturas hasta 12 °C, una cifra considerable.
Atenas, una de las ciudades más antiguas del mundo, tiene un entorno urbano densamente edificado que ocupa aproximadamente el 80% de su superficie.
Al igual que Los Ángeles, la capital mediterránea experimenta cada vez más olas de calor prolongadas, con sus calles de asfalto y edificios de hormigón absorbiendo el sol y creando islas urbanas de calor.
Además, las superficies duras de la ciudad también han provocado problemas de inundaciones cuando llueve, ya que hay pocos espacios verdes que absorban la lluvia. Los incendios forestales son habituales en la capital, rica en historia, y las olas de calor avivan su gravedad.
Para ayudar a abordar el problema, las autoridades municipales han diseñado un objetivo bastante ambicioso de “reverdecimiento” como parte de la estrategia de resiliencia más amplia de Atenas. Esto significa la creación de espacios verdes (o superficies permeables al agua, al menos) que se extiendan por entre el 30% y el 40% de las zonas urbanas de la ciudad antes del 2030.
Gracias a un préstamo de 5 millones de euros concedido por el Banco Europeo de Inversiones en 2018, la ciudad ha podido centrarse en cuatro proyectos iniciales. Entre ellos se incluye la revitalización del monte Lycabettus (en la foto) mediante la mejora de la gestión del agua y el control de la erosión, así como la creación de corredores verdes que conectarán el histórico bosque urbano con otras colinas y zonas peatonales de la ciudad.
El objetivo general es mejorar la biodiversidad, bajar las temperaturas y mejorar la calidad del aire en los barrios de Atenas.
La sequía también es uno de los retos, por desgracia, bastante común, en Las Vegas. La ciudad desértica ha padecido una sequía sin precedentes en las dos últimas décadas. El lugar en el que la sequía es más evidente, es en su principal fuente de agua: El lago Mead, el embalse formado por la presa Hoover en el río Colorado.
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Rodeado de residuos blancos dejados por los minerales presentes en el agua en sus niveles anteriores, se ve claramente cuánta profundidad se ha perdido desde que se formó el lago en 1937. En abril de 2022, el lago Mead había descendido a solo el 27% de su capacidad -oficialmente el punto más bajo de su historia-, lo que significaba que su válvula de entrada de agua original, construida en 1971, era visible por encima del agua.
Aquí se muestra la toma en julio de 2022, lo que ilustra la rapidez con que desciende el nivel del lago.
Para hacer frente a esta situación, la agencia de aguas Southern Nevada Water Authority (SNWA) construyó una tercera válvula de toma capaz de extraer agua a mayor altura del lago.
La construcción comenzó en 2008 e incluye un túnel de 7 m de diámetro bajo el lago que conecta con la estructura de toma. La toma nº 3 empezó a transportar agua a las instalaciones de tratamiento en septiembre de 2015.
La SNWA sigue sin esperar que la sequía termine pronto. Por el contrario, está preparando a los residentes para que las condiciones empeoren a medida que continúe el cambio climático y ha puesto en marcha varios programas de conservación. Se ha informado de que los habitantes de la ciudad utilizaron 123.000 millones de litros menos de agua en 2021 que en 2002, a pesar de que más de 745.000 personas se trasladaron a la zona durante ese tiempo.
La amenaza que el cambio climático supone para su suministro de agua es desde hace tiempo una preocupación importante para la ciudad-estado de Singapur.
Con una de las densidades de población más altas del mundo, Singapur dispone de un espacio limitado para la captación y almacenamiento del agua de lluvia. Sin acuíferos naturales, su principal fuente de agua ha sido su vecina Malasia. Sin embargo, estas importaciones requieren un tratamiento muy costoso y desalinización, y está previsto que finalicen en 2061.
Ante la escasez de opciones, Singapur ha invertido en la reutilización del agua. Ha creado NEWater, que es en realidad el nombre comercial que se le ha dado a las aguas residuales altamente tratadas del país.
Presentada por primera vez en 2003, NEWater se recicla a partir de aguas residuales tratadas mediante un riguroso proceso de purificación que incluye ósmosis inversa y desinfección ultravioleta.
A muchos les revuelve el estómago la idea, a pesar de que las pruebas realizadas durante décadas confirman sistemáticamente que NEWater cumple los requisitos de la Organización Mundial de la Salud para que el agua sea potable.
Sin embargo, una campaña masiva de concienciación pública en curso ha conseguido convencer a la gente, y en la actualidad alrededor del 40% de la demanda diaria de agua de Singapur procede de NEWater. Se prevé que esa cifra aumente hasta el 55% en 2060, a medida que se desarrollen más plantas.
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Con información de MSN