La agrupación Grupo Ecologista del Mayab (Gema) interpuso un recurso de amparo en contra de la construcción del Puente Nichupté —el cual busca aliviar el tráfico vial en la zona hotelera de Cancún— por presunto daño ambiental en zonas aledañas y dentro del Área de Protección de Flora y Fauna Manglares de Nichupté.
Según la agrupación, este proyecto del gobierno federal ha causado graves daños a estos ecosistemas en sus distintas etapas de construcción.
Entre las principales menciona el incumplimiento de las medidas preventivas y de mitigación; el desmonte y relleno de manglar, la fragmentación del ecosistema e interrupción el flujo hidrológico hacia los humedales; así como la deficiente colocación de cortinas o mallas durante las actividades de perforación y excavación de los pilotes que soportarán el puente, lo cual, aseguran, ha provocado un grave levantamiento del fondo limoso de la laguna y la dispersión de sedimentos.
Añaden que la autorización que les otorgó la Dirección General de Riesgo e Impacto Ambiental (DGIRA) tiene una serie de condicionantes que no han sido cumplidas como el Programa de rehabilitación y Mejoramiento de Áreas de Manglar, así como el Subprograma de Reforestación de Áreas Aprovechamiento Temporal.
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Además, se han abierto siete canales sobre uno de los polígonos del Área Natural Protegido de Manglares de Nichupté, lo cual, aseguran, no estaba autorizado.
“Otra violación fue haber empezado sin los permisos de Vida Silvestre a a los que estaban obligados.
Solicitamos a la DGIRA que el Comité de Vigilancia externo haga público el seguimiento de la compensación ambiental para conocer el éxito de las acciones de restauración, porcentajes de sobrevivencia y crecimiento de lo que sembraron, aunque sabemos que fue un fracaso”, aseguró Araceli Domínguez, presidenta de Gema.
Según la activista, el trazo del puente en la parte terrestre está fuera de la superficie del Acuerdo de Destino cedida justo para ello, “sin embargo , desmontaron y rellenaron manglar en zona no autorizada, ya que la MIA establece algunos terrenos de aprovechamiento temporal que debieron restaurar y no lo han hecho”.
Además, han detectado que la obra ha generado una gran cantidad de basura en la laguna , como son los cubos de cemento que se sostienen en el fondo marino para fijar las mallas antiturbidez, los cuales se han quedado enterrados bajo la laguna.
Entre las afectaciones más importantes a la reserva Manglares de Nichupté mencionan la liberación de sustancias tóxicas y contaminantes acumuladas por más de cincuenta años, generando un daño ambiental con consecuencias negativas para los ecosistemas lagunares y la salud humana.
Además de la fragmentación y relleno del ecosistema de manglar, perdiendo con esto la provisión de servicios ambientales y la resiliencia ante los fenómenos adversos al cambio climático.
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Con información de El Economista