La situación en Haití ha alcanzado niveles críticos con una ola de violencia que ha dejado al país sumido en la incertidumbre y el caos.
Haití y reciente ola de violencia
El primer ministro Ariel Henry ha anunciado su dimisión en medio de esta grave crisis, desencadenada por ataques altamente coordinados de pandillas contra las fuerzas del orden y las instituciones estatales.
Los últimos acontecimientos han sido alarmantes. Pandillas armadas han incendiado comisarías de policía y liberado a miles de reclusos de prisiones, en un intento aparente de derrocar al Gobierno. Según cifras de la ONU, estas pandillas controlan actualmente el 80% de Puerto Príncipe, la capital del país.
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La violencia ha provocado una respuesta internacional. Estados Unidos ha instado a sus ciudadanos a abandonar el país, mientras que la Embajada de Francia ha suspendido servicios administrativos y de visas. Además, el presidente de República Dominicana ha anunciado un aumento de la seguridad en la frontera con Haití.
La situación ha generado preocupación a nivel mundial. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha expresado su profunda preocupación por el deterioro de la seguridad y su impacto en la población civil.
El líder pandillero Jimmy Cherizier, alias “Barbecue”, ha emitido una advertencia severa, amenazando con un genocidio si Henry no dimite.
En respuesta a esta presión, Henry ha presentado su dimisión, aunque su salida del cargo está condicionada a la formación de un nuevo gobierno interino.
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La renuncia se produce después de semanas de caos y desesperación en Haití, con bandas atacando las estructuras gubernamentales y el orden social al borde del colapso.
