El desarrollo del calendario a lo largo de la historia es un viaje fascinante que se remonta a los albores de la civilización. Desde los antiguos romanos hasta la instauración del calendario gregoriano, cada cambio y ajuste ha marcado una transición en la forma en que concebimos el tiempo y las estaciones.
El calendario a lo largo de la historia
Este recorrido histórico nos lleva a comprender por qué, en tiempos antiguos, el año nuevo no comenzaba en enero y cómo el calendario moderno tomó forma a través de una serie de transformaciones y ajustes, desde su origen en la República Romana hasta su evolución al calendario gregoriano que seguimos utilizando hoy en día.
Para los antiguos romanos, enero no era el punto de partida del año nuevo. De hecho, al principio, los meses de invierno no estaban ni siquiera marcados en sus calendarios.
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El calendario romano original consistía en 10 meses y se iniciaba en marzo, con la primavera, celebrando la época de cosechas en la Roma antigua.
A medida que el conocimiento científico de los romanos evolucionó, así lo hizo su calendario. Hubo modificaciones y adiciones, como la inclusión de meses de invierno para adaptarse a las estaciones y el cambio al calendario juliano por el emperador Julio César, que introdujo el concepto de un año nuevo que comenzaba en enero.
El calendario gregoriano, posteriormente ajustado por el papa Gregorio XIII, se convirtió en el estándar moderno.
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Sin embargo, la transición no fue instantánea para todas las culturas, y aún hoy en día, diversas tradiciones y festividades celebran el año nuevo en momentos diferentes, preservando la diversidad cultural y las prácticas ancestrales.