Los eclipses han sido uno de los fenómenos más temidos y de los que más maravillan al ser humano, incluso desde épocas prehispánicas ¿Sabes qué pensaban al respecto?
De acuerdo con Bradley Schaefer, profesor de astronomía y astrofísica de la Universidad Estatal de Luisiana para BBC en 2017, los eclipses auguraban la muerte del rey, emperador o humanidad.
“En todas las sociedades alrededor del mundo, los eclipses y cometas eran fenómenos temidos, ya que auguraban la muerte del rey, del emperador e incluso el fin de la humanidad”.
Primer eclipse del mundo
De acuerdo con México Desconocido, el eclipse más antiguo del que se tiene conocimiento quedó registrado en antiguos escritos babilónicos y tuvo lugar un 31 de julio del año 1062 a.C.
En la biblia, en el libro del apocalipsis (6:12) dice:
“Y vi, cuando abrió el sexto sello sobrevenir un gran terremoto y el sol se volvió negro, como un tejido de crin, y la luna, toda ella se volvió de sangre”.
En cuanto a la literatura, en La Odisea, Homero describe lo que parece ser un eclipse en Ítaca en el año 1178 a.C:
“El sol ha muerto en el cielo y una maligna niebla todo lo cubre”.
El eclipse y la cultura azteca
En Náhuatl, al eclipse solar se le conoce como tonatiuh qualo, que significa “cuando el sol es comido” y el eclipse lunar es miztli qualo.
Las culturas prehispánicas de México tomaban decisiones de acuerdo con los fenómenos naturales de la tierra como terremotos y sequías, incluso modificaban fechas importantes para que coincidieran con eventos astronómicos de igual importancia.
En la fundación de Tenochtitlán quedó registrada bajo un eclipse solar que ocurrió el 13 de marzo de 1325, lo que dio origen al mito de la batalla entre Huitzilopochtli y Coyolxauhqui.
Por su parte, la cultura maya según El Códice, durante un eclipse, el sol o la luna son mordidos por su contraparte o por alguna divinidad que tenga conflicto con el dios al que ha decidido atacar.
En la cultura maya, el dios sol es Kinich Ahau y la diosa de la luna es Ixchel.
Según las creencias, un eclipse solar auguraba sequía, guerra o muerte, mientras que los eclipses lunares eran especialmente dañinos para las mujeres embarazadas y los niños.
TAL VEZ TE INTERESE: Eclipse solar de “Anillo de Fuego”: Un espectáculo
El temor a los eclipses
Dentro de la cosmovisión indígena, los eclipses fueron considerados entre los pueblos mesoamericanos a lo largo de toda su historia como tremendamente peligrosos, angustiantes; simbolizan una manifestación de lo sagrado, fuerza que atemoriza y que el hombre es incapaz de controlar.
De la Península de Yucatán, según la versión del Chilam Balam de Chumay, explican el origen de un eclipse:
«A los hombres les parece que a sus lados está ese medio círculo en que se retrata cómo es mordido el sol. He aquí que es el que está en medio. Lo que lo muerde, es que se empareja con la luna, que camina atraída por él, antes de morderlo.
Llega por su camino al norte, grande, y entonces se hacen uno y ser muerden el sol y la luna, antes de llegar al “tronco del sol”.
Se explica para que sepan los hombres mayas qué es lo que le sucede al sol y a la luna. Eclipse de Luna. No es que sea mordida. Se interpone con el Sol, a un lado de la Tierra. Eclipse de Sol. No es que sea mordido. Se interpone con la Luna, a un lado de la Tierra.
Esto es señal que da Dios de que se igualan; pero no se muerden» (Médiz Bolio, 1986:66-67).
«Y fue mordido el rostro del Sol. Y se oscureció y se apagó su rostro. Y entonces se espantaron arriba. “iSe ha quemado!, iha muerto nuestro dios!”, decían
sus sacerdotes. Y empezaban a pensar en hacer una pintura de la figura del Sol, cuando tembló la tierra y vieron la Luna.
Y entonces vinieron los dioses Escarabajos, los deshonestos, los que metieron el pecado entre nosotros, los que eran el lodo de la tierra» (Médiz Bolio, 1986:49).
El pueblo se atemoriza al suponer que el dios muere, por ello se apresuran a hacer una pintura que tendría como propósito recrear de manera simbólica la
imagen del Sol que desaparecía y ayudar ritualmente a que vuelva a surgir; después de observar cómo la Luna cubría al Sol, éste volvió a aparecer. Sin embargo, el pronóstico era nefasto, el eclipse traería funestas consecuencias, la llegada
de los escarabajos, aquellos animales que nacen en el interior de una bola de estiércol, los dzules, y con ello se comerán árboles, se comerán piedras, se perderá todo sustento dentro del Once Ahau Katŭn (Médiz Bolio, 1986:50.