Las frutas no solo son una delicia para el paladar, sino que también pueden desempeñar un papel fundamental en la salud cardiovascular. Un artículo de revisión publicado en la revista Nutrients en 2017 resalta cómo ciertas frutas, como las uvas, los arándanos, la granada y más, poseen propiedades protectoras que pueden contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares (ECV) y mejorar la función del corazón.
Frutas que te ayudan en la salud
La importancia de las frutas en la salud del corazón radica en la alarmante prevalencia de enfermedades cardiovasculares, que representan una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La alimentación poco saludable, caracterizada por un bajo consumo de frutas y verduras, junto con el exceso de sal, azúcares y grasas, es un factor que incrementa el riesgo de desarrollar ECV, según advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El estudio revela que las frutas tienen la capacidad de prevenir, restaurar y mitigar los efectos adversos de las enfermedades cardiovasculares. La investigación se enfoca en cómo ciertos componentes presentes en las frutas pueden modular factores de riesgo metabólicos, como la hipertensión, la diabetes, la dislipidemia y el sobrepeso. Además, se destaca que las dietas ricas en frutas pueden retardar la aparición y reducir la gravedad de las ECV.
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Entre las frutas destacadas por su impacto positivo en la salud cardiovascular se encuentran la uva, el arándano, la granada, la manzana, el espino y el aguacate. Por ejemplo, se ha demostrado que el consumo de uvas y sus derivados puede contribuir a reducir la incidencia de ECV al mejorar la función plaquetaria, proteger la función miocárdica y resistir la inflamación.
El arándano, por su parte, es rico en flavonoides y presenta cualidades antiaterogénicas, antiinflamatorias y reductoras de la presión arterial. La granada, cuya cáscara, semilla y jugo son ricos en antioxidantes, demuestra efectos ateroprotectores y propiedades antihipertensivas.
Las manzanas, una de las frutas más consumidas, están asociadas con la reducción de la aparición de enfermedades cardiovasculares. Su contenido de fibra, antioxidantes como la vitamina C y polifenoles, así como su posible capacidad para reducir el colesterol, las convierten en un aliado para el corazón.
El espino blanco, una fruta similar a una baya, se ha utilizado durante milenios para mejorar la digestión y, según el artículo, muestra potencial para tratar enfermedades cardiovasculares como la hiperlipidemia y la aterosclerosis.
El aguacate, querido por su cremosidad, también es un aliado en la protección cardiovascular. Sus compuestos, incluyendo los ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y polifenoles, pueden contribuir a reducir el colesterol. Las semillas de aguacate, incluso, han demostrado mejorar la hipercolesterolemia y ser útiles en la prevención de hipertensión y afecciones inflamatorias.
El artículo menciona otras frutas con potencial cardioprotector, como el mango, la cereza, el asaí, la frambuesa negra y el kiwi. Aunque los datos sobre estas frutas individuales son limitados, se vislumbra un camino prometedor hacia el bienestar cardiovascular a través del consumo de estas delicias naturales.
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En un mundo donde las enfermedades cardiovasculares son un desafío creciente, incorporar una variedad de frutas en la dieta diaria podría ser un camino inteligente para proteger el corazón y promover la salud general.