Quizá alguna vez hayas oído una historia parecida: “Al amigo de un amigo le sucedió algo terrible con una lata de alimentos contaminada por desechos de rata.” Estas historias muchas veces parecen repetirse con versiones similares; a veces le ocurrió al hermano de la novia de un conocido, o al primo de una antigua amiga, pero de una forma u otra se cuentan como relatos espeluznantes. Estos cuentos provocan dudas sobre la seguridad de los alimentos enlatados o, más probable, se quedan en la categoría de las leyendas urbanas.
Las leyendas urbanas, más allá de los mitos y exageraciones, nos revelan temores y deseos colectivos. Algunas se vuelven increíblemente complejas y casi fantásticas, llegando a ser tan interesantes que el público no se preocupa demasiado por su veracidad. Lo importante en estas historias, al fin y al cabo, es lo que pueden enseñar o representar sobre alguna faceta de la vida. Aquí te presentamos algunas de las leyendas urbanas más inquietantes y fascinantes que circulan en la Ciudad de México.
Los fantasmas de Tlatelolco
En la emblemática zona de Tlatelolco, sucedieron eventos que marcaron profundamente a la Ciudad de México. Ahí fue donde el último emperador azteca, Cuauhtémoc, cayó en manos del conquistador Hernán Cortés. Durante esa época, el mercado más importante de la civilización azteca fue destruido, y con el tiempo, la zona fue cubierta por iglesias coloniales. Décadas después, se convirtió en el sitio de uno de los eventos más trágicos de la historia moderna de México: la masacre de estudiantes en 1968. Y, en 1985, el terremoto derrumbó uno de sus edificios principales, cobrándose la vida de muchas personas que estaban en su interior.
Hoy en día, Tlatelolco sigue siendo uno de los lugares en México que parece estar marcado por la sombra de la muerte. Según cuentan, en las noches es posible escuchar sonidos de niños jugando, el eco de una pelota botando y los murmullos de aquellos que perdieron la vida en la tragedia estudiantil.
El Castillo de Chapultepec y los fantasmas de los emperadores
Otro lugar cargado de historia y misterio es el Castillo de Chapultepec, donde alguna vez residieron el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa, Carlota. El deseo de reinar en México quedó frustrado para ambos, y según testimonios de algunos empleados del recinto, los espíritus de estos personajes aún deambulan por el castillo. Dicen que el piano de Carlota suena solo al caer la noche y que, en los pasillos, se escuchan pasos, puertas que se cierran y abren misteriosamente, como si los antiguos emperadores vagaran en el castillo, atrapados entre dos mundos.
Las estaciones secretas del metro: Misterios subterráneos
Una de las leyendas urbanas más difundidas entre los habitantes de la Ciudad de México es la de las estaciones secretas del metro que nunca fueron abiertas al público. La historia más popular es la de una estación que se ubicaría después de Cuatro Caminos, en la Línea 2, y que, aparentemente, se reservó exclusivamente para uso militar. Según el relato, esta estación secreta, conocida como “Transmisiones Militares,” estaría conectada directamente al Campo Militar Número Uno. Además, algunos afirman que existe un túnel oculto que conecta la residencia de Los Pinos con el tramo entre las estaciones Panteones y Tacuba.
La Isla de las Muñecas: El espeluznante refugio de Xochimilco
En los canales de Xochimilco se encuentra una isla en la que decenas de muñecas colgadas de los árboles crean un ambiente siniestro y sobrecogedor. Este lugar fue el hogar de Don Julián Santana Barrera, quien comenzó a coleccionar y colocar muñecas en su chinampa tras descubrir, según se dice, el cuerpo sin vida de una niña que se ahogó en las aguas cercanas. Desde aquel trágico día, Don Julián afirmaba que el espíritu de la pequeña lo atormentaba con gritos y susurros durante la noche. Por ello, decidió llenar su hogar con muñecas, pensando que así apaciguaría a la presencia. El hombre solía contar que el lago intentaba reclamarlo, y en 2001, mientras pescaba junto a un familiar, sufrió un infarto y cayó al agua. Tal vez, el espíritu que lo perseguía finalmente consiguió llevárselo consigo.
La Casa de la Tía Toña
Cerca del Panteón Dolores, en la Avenida Constituyentes, se dice que vivía una mujer mayor conocida como la “Tía Toña.” Esta señora, según la leyenda, era amable y solidaria con los niños de la calle, a quienes les ofrecía refugio y comida en su casa. Sin embargo, la bondad de Toña no fue siempre correspondida, ya que, según cuentan, algunos de esos niños la robaban y llegaban a llevarse objetos valiosos que ella apreciaba.
Un día, desesperada y cegada por la rabia ante la ingratitud de los jóvenes, Toña acabó con sus vidas en un violento arranque y después arrojó sus cuerpos a un barranco cercano. Años después, dicen, la culpa la llevó a quitarse la vida, y, desde entonces, su espíritu parece atormentar la casa. Se cuenta que quienes se acercan pueden ver su silueta vagando por la recámara principal y que, en las noches, es posible escuchar los gritos de los jóvenes, quienes parecen estar atrapados, atormentando a su vez al espíritu de Toña.
Estas leyendas urbanas nos ofrecen un recorrido por la historia y el folclore de la Ciudad de México, donde el misterio y la cultura se entrelazan, creando relatos que mantienen viva la imaginación de sus habitantes y que fascinan a quienes buscan conocer la cara oculta de esta fascinante metrópoli.