San Judas Tadeo: celebran al Patrono de las causas perdidas

Cada 28 de octubre fieles católicos celebran a San Judas Tadeo apóstol y un santo reconocido por ser patrono de las causas perdidas.

San Judas Tadeo celebración

San Judas Tadeo celebración

La iglesia católica celebra cada 28 de octubre a San Judas Tadeo, considerado el santo de las causas difíciles y desesperadas. Esta devoción creció notablemente en las últimas décadas.

¿Por qué se celebra a San Judas Tadeo?

San Judas Tadeo, quien fue uno de los apóstoles de Jesús, es venerado debido a su martirio y su constante intercesión en momentos de angustia.

Los fieles católicos le atribuyen milagros relacionados con trabajo, salud y protección.

Por ello, cada año, el 28 de octubre se convierte en un día de jornada de fe, gratitud y esperanza, los fieles realizan rezos, misas, procesiones y otras celebraciones.

Especialmente, durante esta fiesta, las calles aledañas al Templo de San Hipólito en la ciudad de México, se llenan de feligreses que cargan estatuas del santo, en su mayoría representado con un hacha, símbolo de su martirio, y una medalla con el rostro de Cristo en el pecho.

Muchos de los asistentes son jóvenes que buscan su ayuda o agradecen favores concedidos, lo que refuerza la imagen de San Judas como protector de los más vulnerables.

San Judas Tadeo celebración

Oración a San Judas Tadeo

¡Oh Santo Apóstol San Judas, siervo fiel y amigo de Jesús!, la iglesia te
honra e invoca universalmente como el patrón de los casos difíciles y
desesperados.

Ruega por mí, estoy solo y sin ayuda y siento gran soledad. Haz uso te

imploro, del privilegio especial a ti concedido, de socorrer pronto y
visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza.

Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir el consuelo
y socorro del Cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos,
particularmente… (hacer su petición aqui) y para que pueda alabar a Dios
contigo y con todos los elegidos por siempre.

Prometo, Glorioso San Judas, nunca olvidarme de este gran favor; honrarte
siempre como mi especial y poderoso patrono; y con gran agradecimiento,
hacer todo lo que pueda para vivir bien mi Fe Cristiana ¡Amen!

 

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