El artista, conocido tanto por su turbulenta adolescencia como por su posterior transformación espiritual y personal, explicó que estos principios buscan darle estructura y equilibrio a su vida, marcada por la fama, la presión mediática y los desafíos de la salud mental.
Bieber detalló que la primera de sus reglas es dedicar siempre tiempo a la oración y la reflexión diaria, un hábito que, según él, le permite mantenerse centrado y agradecido. La espiritualidad ha sido un pilar fundamental en su vida desde que decidió acercarse a la fe cristiana, y asegura que compartir este momento con su familia fortalece sus vínculos y les recuerda lo verdaderamente importante.
Otra regla clave es la prioridad absoluta de la familia sobre la carrera. Aunque el artista sigue activo en la música, ha declarado que ninguna gira, grabación o contrato está por encima de su relación con su esposa y de su deseo de formar un entorno estable. Para Bieber, este principio responde a años en los que sintió que el trabajo lo consumía, afectando sus relaciones y su salud emocional.
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El cantante también estableció la importancia de no utilizar dispositivos móviles durante las comidas familiares. Esta norma, aparentemente sencilla, busca garantizar conversaciones reales, sin distracciones digitales, y fomentar la convivencia de calidad. Para él, estos momentos alrededor de la mesa se convierten en espacios sagrados de conexión y autenticidad.
Entre sus reglas destaca también la práctica del perdón y la comunicación abierta. Bieber aseguró que en su familia está prohibido “irse a dormir enojados”, por lo que cualquier diferencia debe resolverse antes de terminar el día. Este principio, explicó, les ha ayudado a evitar acumulación de resentimientos y a mantener relaciones sanas y transparentes.
El equilibrio entre trabajo y descanso figura igualmente en su decálogo. Justin defiende que siempre debe haber al menos un día a la semana libre de compromisos laborales, en el que la prioridad sea descansar y compartir tiempo juntos. Este día, inspirado en el concepto religioso del “sabbath”, representa un respiro que los mantiene enfocados y unidos.
En cuanto a la disciplina económica, el artista destacó que otra de sus reglas es administrar con responsabilidad los recursos. Aunque goza de una fortuna multimillonaria, Bieber afirmó que inculcar valores de moderación, ahorro y caridad es esencial para que su familia no pierda el sentido de la realidad. La solidaridad, añadió, es parte indispensable de su proyecto de vida.
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El respeto mutuo también es parte fundamental del listado. El cantante recalcó que todas las opiniones deben escucharse con atención, desde la de su esposa hasta la de sus padres y hermanos, porque considera que el amor familiar se sostiene en el reconocimiento del otro. Además, fomenta que todos participen en las decisiones importantes, sin importar su edad o rol dentro del núcleo.
Otra de sus normas establece la práctica de actividades al aire libre y el contacto con la naturaleza como terapia preventiva. Justin aseguró que pasar tiempo lejos de las pantallas, ya sea caminando, viajando o haciendo deporte, le ayuda a mantener el equilibrio emocional y físico, un hábito que quiere transmitir a sus futuros hijos.
Más allá de la celebridad que lo rodea, el artista apuesta por valores universales como el amor, el respeto, la comunicación y la espiritualidad, que se convierten en la base de un hogar sólido y un refugio frente a la vorágine mediática que lo acompaña desde su adolescencia.
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