Restauración de los Mascarones de Kabah recibe el Premio INAH 2024

El prestigioso Premio INAH 2024 Paul Coremans ha sido otorgado al proyecto de restauración y conservación de los mascarones de piedra pertenecientes a la Estructura 2C6, más conocida como Codz Pop

Restauración de los Mascarones de Kabah recibe el Premio INAH 2024

Restauración de los Mascarones de Kabah recibe el Premio INAH 2024

El prestigioso Premio INAH 2024 Paul Coremans ha sido otorgado al proyecto de restauración y conservación de los mascarones de piedra pertenecientes a la Estructura 2C6, más conocida como Codz Pop, que data del Periodo Clásico Tardío (siglo IX d.C.). Este notable trabajo se llevó a cabo en la Zona Arqueológica de Kabah, ubicada al suroeste del estado de Yucatán, y su principal objetivo fue restaurar y conservar un total de 161 mascarones de piedra labrada que representan a Witz, la deidad maya de la montaña sagrada. En total, fueron atendidas 5,400 piezas de piedra tallada, lo que demuestra la magnitud de este proyecto.

La dirección de esta ambiciosa intervención estuvo a cargo de Natalia Hernández Tangarife, restauradora experta y perito del Centro INAH Yucatán, quien destacó que los resultados logrados son un testimonio de la alta capacidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para emprender proyectos de conservación de gran envergadura. Subrayó, además, que el éxito de este proyecto fue posible gracias al trabajo interdisciplinario de un equipo conformado por 37 personas, quienes participaron en las diversas fases y actividades, que se desarrollaron entre julio de 2022 y junio de 2023.

Este proyecto de conservación no solo abarca la restauración de la Estructura Codz Pop en Kabah, sino que también incluye intervenciones en otros sitios emblemáticos de la Ruta Puuc, como Sayil, Labná, Xlapak, Oxkintok, Chacmultún y las Grutas de Loltún. Todo ello forma parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), que está vinculado al desarrollo del Tren Maya, un proyecto de infraestructura clave para la región.

La arquitectura Puuc, como explicó la directora del proyecto, se caracteriza por sus intrincados mosaicos de piedra tallada que decoran las fachadas de templos y palacios. Dentro de este contexto, el Codz Pop destaca por su monumental fachada oeste, que mide 53 metros de largo y 7 metros de alto, la cual se encontraba en un avanzado estado de deterioro debido a los efectos del tiempo y su exposición a los elementos naturales. Esta fachada cuenta con 125 mascarones completos distribuidos a lo largo de los muros y un friso, convirtiéndose en el área que concentró la mayor parte de las labores de conservación. Las otras partes de la estructura, el ala norte y el ala sur, contienen 26 y 10 mascarones, respectivamente, lo que suma un total de 5,400 piezas de piedra cuidadosamente esculpidas.

En cuanto a la iconografía de los mascarones, Hernández Tangarife señaló que estos representan varias deidades importantes en la cosmovisión maya, como Itzamnaaj, el dios del cielo, Chaac, el dios de la lluvia, y más recientemente, Witz, la divinidad de la montaña sagrada. Cada mascarón está formado por 34 fragmentos tallados con bajorrelieves, creando impresionantes cascadas de imágenes divinas que cubren la totalidad de las paredes del palacio.

Respecto a las medidas de conservación realizadas, la especialista mencionó que la Estructura Codz Pop ha sido objeto de diferentes estudios e intervenciones desde su descubrimiento a finales del siglo XIX, y que algunas de las secciones de los muros habían sido reconstruidas durante el siglo XX. Sin embargo, en esta ocasión, el equipo del Centro INAH Yucatán se enfocó en las áreas de los mosaicos que no habían recibido un tratamiento integral anteriormente.

El estado de conservación de los mosaicos era crítico, ya que muchos presentaban daños significativos debido a la proliferación de biopelículas formadas por líquenes, hongos y algas que se alimentaban de la superficie de la piedra. Otras secciones mostraban pérdida de material, fracturas, erosión y disgregación, además de la presencia de humedad y cristalización de sales. Algunas áreas también habían sufrido daños causados por intervenciones previas.

Para revertir este deterioro, se implementaron diversas acciones de conservación, que incluyeron la identificación de estucos y policromías originales, el registro del estado de conservación de cada mascarón y la limpieza de la microflora que afectaba las superficies. Se llevaron a cabo también consolidaciones estructurales de las áreas más frágiles, la unión de fragmentos sueltos, la eliminación de morteros colocados en restauraciones anteriores y su posterior sustitución con materiales más fieles a los originales. Además, se aplicaron recubrimientos protectores y se realizaron intervenciones arquitectónicas que consistieron en la restauración de las cornisas que protegen a los mascarones de la erosión causada por el agua, así como la sustitución de dinteles de concreto por otros de madera, en un esfuerzo por devolver autenticidad al palacio.

Pocas evidencias de policromía original se encontraron en los mosaicos, limitadas a pinceladas de colores rojo, ocre y negro, aplicadas sobre lechadas de cal en las juntas. Finalmente, Hernández Tangarife agradeció la valiosa colaboración del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural, la Universidad Autónoma de Campeche y el Instituto de Geología de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, que fueron fundamentales para el éxito de este proyecto.

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