Avispas parásitas ponen en peligro a la humanidad

Descubren en Estados Unidos dos especies raras de avispas parásitas originarias de Europa y que podrían ser un peligro para la humanidad

Bootanomyia dorsalis

Científicos de Estados Unidos identificaron por primera vez en el continente americano dos especies raras de avispas parásitas provenientes de Europa. El hallazgo fue realizado por el biólogo Kristen Prior, profesor de la Universidad de Binghamton, en Nueva York, como parte de un proyecto para explorar la diversidad de avispas de las agallas del roble y sus depredadores naturales.

Las avispas de roble, conocidas como Oak Gall, pertenecen a la familia Cynipidae. Se caracterizan por depositar sus huevos en robles, lo que provoca que las plantas desarrollen formaciones anormales conocidas como agallas. Estas pueden variar en tamaño desde diminutas protuberancias hasta estructuras del tamaño de una manzana, e incluso adoptar formas similares a erizos de mar.

El hallazgo y su importancia científica

Avispas parásitas ponen en peligro a la humanidad

El descubrimiento de estas especies, identificadas como parte de la familia Bootanomyia Girault, es significativo porque originalmente habitan en regiones del norte de Europa y Asia. De acuerdo con Prior, este hallazgo sugiere que podría haber más especies similares aún no registradas en América.

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El estudio fue publicado en la revista Journal of Hymenoptera Research y cuenta con el apoyo de la National Science Foundation, que otorgó a la Universidad de Binghamton un financiamiento de 305 mil dólares para investigar la diversidad de avispas y parasitoides de robles en Norteamérica. 

Avispas parásitas ponen en peligro a la humanidad

Estas investigaciones permiten comprender mejor el papel ecológico de las avispas parásitas, consideradas agentes clave en el control biológico de insectos.

¿Representan un riesgo para los ecosistemas?

Los especialistas coinciden en que estas avispas no representan un peligro para el ser humano. Sin embargo, el riesgo ecológico radica en que, al ser especies introducidas, podrían alterar los ecosistemas locales. 

El maestro en Ciencias Biológicas,  Diego Barrales Alcalá explicó que las especies exóticas invasoras pueden desplazar a organismos nativos y, en casos extremos, llevarlos al borde de la extinción.

Avispas parásitas ponen en peligro a la humanidad

Se considera que la llegada de estas avispas pudo haber ocurrido a través de la plantación de robles no nativos en Estados Unidos, como el Quercus Robur o el Q. Cerris, o incluso por transporte accidental en aviones.

El estudio concluye que, aunque las avispas parasitoides son uno de los grupos de animales más abundantes y cumplen funciones ecológicas esenciales, su tamaño pequeño y vida adulta corta las hace difíciles de detectar, lo que representa un reto para monitorear la introducción de nuevas especies.

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