Cristiano Ronaldo, el astro portugués del fútbol, y Georgina Rodríguez, modelo y empresaria española, anunciaron su compromiso el 11 de agosto de 2025, tras siete años de relación.
La noticia, confirmada por la pareja en un comunicado conjunto, desató celebraciones entre fans, pero también críticas por el contexto político y cultural de su vida en un país con restricciones a los derechos de las mujeres.
El anuncio se realizó en una cena íntima con sus hijos y familiares cercanos, donde Ronaldo, de 40 años, entregó a Rodríguez un anillo de diamantes valuado en 1.2 millones de euros. Georgina, de 31 años, compartió su emoción, describiendo el momento como “el sueño de toda mi vida”. La pareja, que tiene dos hijos juntos y cría a otros tres de Ronaldo, ha construido una familia pública, pero algunos cuestionan si el compromiso es un movimiento mediático para reforzar su marca.
Ronaldo y Rodríguez comenzaron su relación en 2016, cuando se conocieron en una tienda Gucci en Madrid. Desde entonces, Georgina ha pasado de ser una figura discreta a una influencer con 65 millones de seguidores, protagonista del reality Soy Georgina y embajadora de marcas de lujo. Sin embargo, su vida en Riad, donde las leyes restringen la convivencia de parejas no casadas, ha generado críticas de hipocresía, dado que la pareja vivió sin casarse hasta ahora, algo que las autoridades saudíes suelen sancionar.
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La boda, planeada para 2026 en Portugal, promete ser un evento de alto perfil, con rumores de una lista de invitados que incluye a celebridades como Lionel Messi y David Beckham. La elección de Portugal, en lugar de Arabia Saudita, responde a la intención de Ronaldo de celebrar en su tierra natal, pero también evita las restricciones culturales de Riad. Algunos fans critican esta decisión, argumentando que refleja una desconexión con su vida actual en el Medio Oriente.
El compromiso llega en un momento de éxito profesional para Ronaldo, quien rompió récords con Al-Nassr en 2025, anotando 45 goles en la temporada. Georgina, por su parte, ha consolidado su imperio empresarial, con colaboraciones en moda y una tercera temporada de su reality en producción. Sin embargo, su imagen de lujo contrasta con las críticas de quienes ven su mudanza a Arabia Saudita como una aceptación tácita de un régimen opresivo.
El anuncio también ha generado especulaciones sobre el impacto en la carrera de Ronaldo, que enfrenta rumores de retiro tras el Mundial de Clubes 2025. Algunos analistas sugieren que el compromiso busca estabilizar su imagen personal, especialmente tras controversias legales en su pasado, como las acusaciones de evasión fiscal en 2018. Georgina, vista como una figura estabilizadora, refuerza esta narrativa, aunque algunos la acusan de aprovechar la fama de Ronaldo.
En México, donde Ronaldo tiene una base de fans masiva, la noticia fue recibida con entusiasmo, con memes y mensajes celebrando la “boda del año”. Sin embargo, activistas feministas han señalado la ironía de que Georgina, una figura de empoderamiento, viva en un país donde las mujeres enfrentan restricciones legales. Esta contradicción ha generado debates sobre el papel de las celebridades en contextos políticos complejos.
La pareja ha enfrentado críticas por su estilo de vida ostentoso, con yates, mansiones y jets privados que contrastan con los problemas sociales en Arabia Saudita, como la pobreza de los trabajadores migrantes. Georgina ha intentado contrarrestar esto con donaciones a organizaciones benéficas, pero algunos consideran estas acciones como gestos superficiales para limpiar su imagen.
El compromiso también reaviva preguntas sobre la dinámica de poder en la pareja. Mientras Ronaldo es una superestrella global, Georgina ha construido su propia marca, pero sigue siendo vista por algunos como “la pareja de”. Su papel en el reality y sus negocios buscan desafiar esta percepción, pero el anuncio del compromiso, centrado en Ronaldo, refuerza la narrativa de que él sigue siendo el protagonista.
La boda de Ronaldo y Rodríguez promete ser un espectáculo global, pero también un reflejo de las tensiones entre fama, amor y responsabilidad social. Mientras los fans celebran, el compromiso plantea preguntas sobre cómo las celebridades navegan contextos éticos complejos. La pareja, ahora comprometida, deberá equilibrar su felicidad personal con las expectativas de un mundo que los observa con lupa.
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Con información de EL UNIVERSAL
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