Este sábado 28 de junio, la Marcha del Orgullo LGBT+ 2025 reunió a cientos de miles de personas en la Ciudad de México. Desde temprano, el Ángel de la Independencia se convirtió en el punto de encuentro de una celebración multicolor que avanzó por Paseo de la Reforma hasta llegar al Zócalo capitalino. Además de ser una manifestación por los derechos de la comunidad LGBT+, la jornada se vivió con alegría, música, consignas y un detalle que robó todas las miradas: la participación de mascotas.
Perritos, gatos y hasta un pato desfilaron junto a sus dueños ataviados con pañuelos, moños, disfraces y banderas arcoíris. Estos animales de compañía se convirtieron en símbolos del espíritu inclusivo del evento, posando para fotos, conviviendo entre sí y generando sonrisas a su paso. Como cada año, los “lomitos” fueron protagonistas inesperados de una marcha que no deja de sorprender.
Perritos y mascotas se unieron a la marcha del Orgullo
Además de la participación animal, la marcha estuvo conformada por contingentes diversos: colectivos LGBT+, organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas, grupos de amigos y empresas solidarias.
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A lo largo de la ruta, carros alegóricos animaron con música y bailes, mientras los asistentes enarbolaban pancartas con mensajes como “Amor es amor”, “Existimos, resistimos y celebramos” y “Nuestros derechos no son negociables”.
Los asistentes aprovecharon el evento para alzar la voz en contra de la discriminación, exigir políticas públicas incluyentes y recordar que, pese a avances como el matrimonio igualitario y las leyes antidiscriminación, aún existen desafíos urgentes: la violencia, la exclusión laboral, los crímenes de odio y la falta de reconocimiento de identidades diversas en todas las instituciones.
Visibilidad y conciencia, el corazón del Orgullo
La Marcha del Orgullo en México no es solo una celebración, sino un acto político de visibilidad. Es una jornada que busca romper estigmas y generar conciencia sobre las realidades que enfrenta la comunidad LGBT+. En un país donde aún persisten prejuicios y desigualdad, el Orgullo se convierte en una plataforma de exigencia y educación social.
Este 2025, entre banderas, aplausos y ladridos, la marcha volvió a demostrar que el amor y la diversidad no conocen límites.
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