El maltrato animal sigue siendo un problema alarmante en México. En Chimalhuacán, Estado de México, un incidente reciente ha generado una ola de indignación tanto en redes sociales como entre los vecinos.
Cámaras de seguridad captaron el momento en que un perrito fue brutalmente asesinado por una pareja en la calle Miahult.
¿Cómo mataron al perrito en Chimalhuacán?
En las imágenes compartidas en la plataforma X (anteriormente Twitter), se observa a un hombre sujetando al perro, de tamaño mediano y color negro, por el cuello para luego colocarlo bajo una camioneta. La mujer al volante de dicho vehículo lo atropella intencionalmente, acabando con su vida.
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Los vecinos, además de relatar lo sucedido, señalaron que el animal habría sido previamente rociado con ácido y herido con un arma punzocortante. Aunque el perrito no tenía dueño, era conocido en la zona por ser dócil y tranquilo.
Los responsables del acto fueron identificados como una pareja que reside a pocas calles del lugar del incidente. Ante estos hechos, la comunidad presentó una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, enfatizando que este tipo de conductas representan un peligro no solo para los animales, sino también para los habitantes de la zona.
Paralelamente, en redes sociales, internautas difundieron la identidad de los presuntos culpables, mientras que la asociación Seres Libres confirmó que los restos del perro fueron exhumados para realizar los exámenes veterinarios pertinentes, que se utilizarán como evidencia en el caso.
El marco legal del maltrato animal
En el Estado de México, el maltrato animal está tipificado como delito en el Código Penal. Las sanciones pueden ir desde multas económicas hasta penas de prisión de entre 3 meses y 6 años, dependiendo de la gravedad del acto. En casos donde el maltrato resulta en la muerte del animal, como en este caso, la pena puede alcanzar el máximo estipulado.
La comunidad de Chimalhuacán, junto con organizaciones defensoras de animales, exige a las autoridades una actuación contundente. Este caso evidencia la necesidad de reforzar la educación en el trato ético hacia los animales y garantizar la aplicación estricta de las leyes para prevenir futuros actos de crueldad.
La indignación provocada por este incidente es un llamado a no normalizar la violencia y a proteger a los seres más vulnerables, promoviendo una convivencia más empática y responsable.
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