Una pareja de Palm Coast, Florida, fue arrestada el pasado viernes por negligencia infantil luego de que dejaran a su bebé dormido dentro de un automóvil mientras ellos se encontraban consumiendo bebidas alcohólicas en un bar. El incidente ocurrió alrededor de las 10:00 p.m. y fue reportado a la Oficina del Sheriff del Condado de Flagler, que actuó de inmediato para proteger al menor.
Los detenidos fueron identificados como Clarisse Finnegan, de 28 años, y Norman Finnegan Jr., de 60. De acuerdo con el informe de las autoridades, el vehículo estaba estacionado frente al bar con el motor encendido y las puertas desbloqueadas. En el asiento trasero, los oficiales hallaron al bebé dormido en una silla de seguridad mal colocada, lo que representaba un serio riesgo.
Negligencia evidente dejar un bebé en un auto
Mientras los oficiales revisaban el auto, Clarisse salió del bar y se identificó como la madre del menor. Dijo que había entrado al establecimiento para usar el baño y pedirle dinero a su esposo, Norman, para comprar artículos para el bebé. Según su versión, después de verificar al menor, volvió al bar para ver si su esposo estaba listo para irse. En ese momento fue detenida por la policía.
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Una testigo declaró que llegó al bar a las 10:00 p.m. y notó el vehículo estacionado con el bebé adentro. Afirmó haber visto a un hombre, más tarde identificado como Norman, salir del bar a las 10:15 p.m., mirar hacia el auto y regresar sin hacer nada.
Ambos padres ofrecieron declaraciones inconsistentes sobre lo ocurrido, lo que generó aún más sospechas entre las autoridades. El sheriff Rick Staly condenó públicamente el comportamiento de la pareja. “Nunca es aceptable dejar a un bebé solo en un vehículo en marcha, especialmente mientras están bebiendo en un bar”, afirmó.
Investigación en curso y consecuencias legales
Norman fue liberado tras pagar una fianza de 2,500 dólares, mientras que Clarisse quedó en libertad bajo su propia responsabilidad. Ambos enfrentan cargos por negligencia infantil sin causar daño corporal grave, un delito grave de tercer grado.
El Departamento de Niños y Familias de Florida también abrió una investigación para determinar si es necesario tomar medidas adicionales respecto al cuidado del menor, cuya seguridad fue vulnerada por completo debido a la irresponsabilidad de sus padres.
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