El célebre autor Neil Gaiman, conocido por obras como Coraline y The Sandman, se encuentra en el ojo del huracán tras ser señalado por cuatro mujeres de presuntos abusos sexuales.
Según una investigación publicada por Vulture, las denunciantes incluyen admiradoras y colaboradoras del escritor, quienes describen episodios de conductas inapropiadas y agresiones sexuales en diferentes contextos.
Mujeres narra abusos de Neil Gaiman
Entre las acusaciones más graves se encuentra el testimonio de Scarlett Pavlovich. La joven relata que Gaiman la violó en su casa de Waiheke, Nueva Zelanda, después de que fuera invitada por la exesposa del escritor para cuidar a sus hijos. Pavlovich afirma que Gaiman la convenció de usar la bañera del jardín y posteriormente entró desnudo, abusando de ella a pesar de sus reiteradas negativas.
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Otra de las denunciantes, Kendra Stout, asegura haber tenido una relación con Gaiman cuando tenía solo 18 años. Stout describe la experiencia como traumática, afirmando que el autor la golpeaba durante sus encuentros sexuales.
Por su parte, Katherine Kendall señala que el escritor abusó de su confianza tras conocerla en un evento en Asheville. Kendall, quien intercambió correos y llamadas con Gaiman, asegura que este la agredió sexualmente dentro de un autobús mientras le decía: “Soy un hombre muy rico y estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero”. Años más tarde, Kendall recibió 60 mil dólares de Gaiman para cubrir gastos de terapia.
Finalmente, Brenda relata que viajó a Chicago para asistir a una convención, donde tras una ceremonia fue sometida sin su consentimiento durante un encuentro con el autor.
Impacto de las denuncias de Neil Gaiman
Aún no se han emitido declaraciones públicas por parte de Neil Gaiman en relación con estas acusaciones. Las denunciantes han subrayado las consecuencias emocionales de los abusos y su decisión de alzar la voz para visibilizar el comportamiento inapropiado de figuras públicas influyentes.
El caso plantea importantes cuestionamientos sobre el abuso de poder en el ámbito literario y resalta la necesidad de garantizar entornos seguros para quienes interactúan con figuras reconocidas.
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