Un hallazgo inusual sorprendió a los integrantes del Campamento Tortuguero El Habillal, en Lázaro Cárdenas, Michoacán, luego del nacimiento de una cría de tortuga golfina con dos cabezas. El hecho, registrado hace unos días, marca el tercer caso documentado con esta deformidad en el mismo campamento desde el año 2020, según informó su presidente, Alonso Ramírez Galeana.
El descubrimiento ocurrió durante una de las jornadas de limpieza de nidos, una tarea rutinaria que el personal realiza tras la eclosión de los huevos y la liberación de las crías al mar. En esa actividad suelen encontrarse huevos infértiles o crías que no logran sobrevivir, pero esta vez se toparon con un ejemplar doblemente inusual por su malformación.
Tortugas con pocas posibilidades de vida
Los especialistas del campamento explicaron que las tortugas con esta condición tienen muy baja probabilidad de sobrevivir, ya que el peso y la descompensación de la segunda cabeza les impiden nadar correctamente y salir a la superficie para respirar.
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“Cuando se van al mar, las tortugas necesitan salir a tomar oxígeno, pero estas, por el desequilibrio, no pueden hacerlo y terminan ahogándose”, detalló el presidente del campamento.
Por esta razón, los ejemplares hallados con deformidades son conservados para su estudio por estudiantes de biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y otras instituciones.
Contaminación, posible causa de las deformaciones
De acuerdo con Ramírez Galeana, las mutaciones observadas en los últimos años podrían estar relacionadas con los altos niveles de contaminación en las costas michoacanas, producto del vertido de metales pesados, microplásticos y sustancias químicas al mar.
“El campamento está muy cerca del puerto internacional de Lázaro Cárdenas, y apostamos a que es la contaminación que hay. Además, las tortugas son especies migrantes, viajan a otros continentes, donde también hay contaminación”, apuntó.
Hasta ahora, los tres casos de tortugas con dos cabezas han sido reportados exclusivamente en el campamento El Habillal, aunque los expertos no descartan que existan más ejemplares con malformaciones en otros puntos de la costa michoacana.
Estos hallazgos, además de su rareza biológica, reavivan el llamado urgente a reducir la contaminación marina y proteger los ecosistemas donde habita esta especie en peligro de extinción.
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