Este 1 de octubre de 2025 nos despedimos de Jane Goodall, la reconocida científica y primatóloga que dedicó casi toda su vida al estudio y protección de los chimpancés. A los 91 años falleció por causas naturales en California, mientras se encontraba de gira en Estados Unidos. Su muerte marca el fin de una era para la conservación y el conocimiento de los primates.
¿Quién fue Jane Goodall?
Jane Goodall nació en Londres, en 1934. Desde niña demostró una curiosidad especial por los animales, alentada por su madre, lo que más tarde la llevaría hasta Kenia. En 1958 inició su trabajo con el paleontólogo Louis Leakey, lo que dio pie a su traslado al Parque Nacional Gombe, en Tanzania, donde comenzó sus investigaciones pioneras sobre el comportamiento de los chimpancés.
Aunque Goodall no tenía formación universitaria clásica en sus primeros años de estudio de primates, su pasión y dedicación le abrieron puertas. En 1962 ingresó a la Universidad de Cambridge, donde completó estudios de ciencias naturales y luego un doctorado en etología. En 1964 presentó su tesis doctoral sobre el comportamiento de los chimpancés, lo que consolidó su reputación científica.
Sus contribuciones principales al estudio de los primates
- Fue pionera al demostrar que los animales —y los chimpancés en particular— tienen emociones, sentimientos e inteligencia, ideas que antes no se aceptaban con facilidad en la comunidad científica.
- Fundó el programa Roots & Shoots, presente en más de 76 países, con la misión de inspirar a jóvenes para que actúen en favor del ambiente y transformen sus comunidades.
- Escribió más de 20 libros sobre sus hallazgos, convivencia con la naturaleza y conservación animal. También recibió reconocimientos relevantes como la Orden del Imperio Británico y premios ambientales como el Tyler.
Última gira y últimos mensajes
Semanas antes de su muerte, Goodall visitó la Ciudad de México, donde ofreció una conferencia magistral en la Universidad de la Libertad. En esa ocasión conversó con medios nacionales, reflexionando sobre lo que considera sus dos grandes legados:
- Hacer que la sociedad entendiera la idea de que los animales también sienten, tienen emociones y poseen un tipo de inteligencia que merece respeto.
- Su iniciativa Roots & Shoots, cuya finalidad es motivar a las nuevas generaciones para que participen activamente en propuestas ambientales que favorezcan un cambio positivo global.
Además, ella misma señaló que lo que más le daba esperanza era observar la energía y compromiso de jóvenes vinculados con su programa y otras organizaciones. Para Goodall, ese entusiasmo generacional es vital para la preservación del planeta.
El impacto de su fallecimiento
El Instituto Jane Goodall publicó un comunicado en redes sociales en el que destacó que sus descubrimientos como etóloga cambiaron la ciencia. Resaltó también su activismo constante en pro de la restauración y protección del medio ambiente natural.
Su muerte deja un vacío en la comunidad científica, en los movimientos ecologistas y entre quienes luchan por los derechos y el bienestar animal. No obstante, su legado persiste: sus libros, sus programas, y la inspiración continua que ha sembrado entre generaciones de estudiantes y activistas.
Jane Goodall no sólo dejó el testimonio de una carrera científica innovadora, sino también un ejemplo de dedicación, empatía y compromiso ambiental. Desde Londres hasta Gombe, desde Cambridge hasta sus viajes por todo el mundo, su vida demostró que la ciencia puede ser una herramienta para cultivar respeto por los seres vivos y promover acciones transformadoras.
Aunque su voz física ya no esté presente, su mensaje sigue vivo: reconocer la inteligencia y la emoción de los animales; inspirar a personas jóvenes a reconstruir su relación con la naturaleza; y trabajar, cada día, para proteger nuestro hogar común.
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