¡Orgullo de mexicana! Con apenas 21 años, Victoria de León, estudiante de Ingeniería en Robótica y Sistemas Digitales en el Tecnológico de Monterrey, está marcando historia en el ámbito aeroespacial.
Su prototipo de tapiz hecho de biomaterial, extraído de insectos y regolito lunar, fue galardonado en una competencia de la NASA y será probado este año en el espacio. Este innovador diseño tiene como objetivo proteger a los astronautas de la radiación, que puede ocasionar cáncer y otros daños graves a la salud.
La pasión científica de la mexicana de 21 años
El interés de Victoria por la ciencia comenzó a los siete años, cuando su hermano le regaló el videojuego *Science Papa*. Este juego despertó su curiosidad y la llevó a realizar experimentos caseros, consolidando su interés por las ciencias duras.
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Su relación con la NASA comenzó durante la secundaria y preparatoria, participando en el programa Space Center University, donde se destacó en la programación de robots.
El proyecto de Victoria consiste en un tapiz que combina regolito lunar y biomaterial extraído de insectos como grillos y gusanos de seda. Este material, flexible y enrollable, puede instalarse en hábitats lunares para medir la radiación y detectar grietas causadas por micrometeoritos. Además, es capaz de fluorescer bajo radiación UV, alertando sobre niveles peligrosos y activando protocolos de evacuación.
El tapiz es un sensor químico pasivo que no requiere energía adicional, una solución sostenible y de bajo costo, ideal para las misiones espaciales donde el transporte y la energía son limitados. Los insectos utilizados en su desarrollo serían transportados a la Luna una sola vez, permitiendo su reproducción controlada en el satélite para generar materia prima localmente.
Reconocimientos y futuro de Victoria de León
Victoria fue la primera mexicana reconocida en el Congreso Internacional de Astronáutica, en la categoría *Espacio y Sociedad*, compitiendo con representantes de universidades como Harvard y el MIT. Este año, su prototipo será sometido a pruebas en el módulo experimental MISSE de la NASA, donde enfrentará condiciones extremas del espacio.
Inspirada por figuras como Katya Echazarreta, Victoria invita a más mujeres a explorar la ciencia y soñar en grande. “Nunca imaginé estar donde estoy ahora, pero todo comenzó con un salto de fe”, reflexiona.
Próxima a graduarse, su trabajo no solo representa un avance científico, sino también un símbolo del talento y liderazgo femenino mexicano en el ámbito aeroespacial.
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