¡Mundo de mascotas! El antropomorfismo, que consiste en atribuir características humanas a animales u objetos, ha experimentado un auge en las últimas décadas. Si bien este fenómeno puede fortalecer los lazos entre humanos y animales, varios expertos advierten sobre los riesgos que esta práctica puede representar para las mascotas.
Un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCBI) en colaboración con la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Pisa, Italia, subraya que ciertas conductas antropomórficas pueden comprometer la salud física y emocional de los animales.
Afectaciones del antropomorfismo en las mascotas
La médica veterinaria Karina Lezama, coautora del estudio, alerta que prácticas como la sobreexposición a factores estresantes pueden llevar a la deshidratación, hipertensión, choques térmicos e incluso la muerte en casos extremos.
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Lezama afirma que esta tendencia surge de la necesidad humana de relacionarse con seres que sean fácilmente comprensibles. Sin embargo, señala que muchas veces las acciones que las personas realizan con sus mascotas responden más a la satisfacción personal que a las verdaderas necesidades de los animales, lo que provoca malinterpretaciones de su estado emocional y físico.
Un ejemplo de este comportamiento antropomórfico es el uso de productos cosméticos en animales, como tintes para el pelaje o esmaltes de uñas.
Aunque no se ha determinado con certeza si estos productos son dañinos o no, su aplicación puede afectar la capacidad de los animales para regular su temperatura corporal, lo que podría generar problemas cutáneos. Asimismo, vestir a las mascotas puede incrementar la humedad en la piel, ocasionando molestias o lesiones.
¿Alimentar a las mascotas como humanos?
Por su parte, el veterinario especializado en comportamiento animal, Giacomo Riggio, menciona que alimentar a los animales con productos destinados a humanos, como comida chatarra, puede causar problemas de malnutrición y obesidad.
También destaca que la restricción del movimiento, como llevar a los animales en brazos o en carriolas, puede afectar su bienestar emocional y físico, generando problemas musculares, ortopédicos o incluso trastornos de ansiedad.
Riggio recomienda a los dueños de mascotas reconocer que, aunque algunos animales pueden compartir ciertas similitudes con los humanos, sus necesidades biológicas son distintas. Respetar su naturaleza y actuar basándose en evidencia científica es esencial para garantizar el bienestar de los animales, evitando prácticas que podrían perjudicar su salud.
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