Los beneficios científicos de tener un gato; así mejoran tu salud física y emocional

Este pequeño y encantador felino no es solo un compañero más, sino que puede desempeñar un papel fundamental en el bienestar emocional y físico de quienes conviven con él

Los beneficios científicos de tener un gato; así mejoran tu salud física y emocional

Los beneficios científicos de tener un gato; así mejoran tu salud física y emocional

Cuando las personas llegan a casa después de un largo y agotador día, muchos sueñan con ser recibidos por el relajante ronroneo de su gato, quien espera con ansias su regreso. Este pequeño y encantador felino no es solo un compañero más, sino que puede desempeñar un papel fundamental en el bienestar emocional y físico de quienes conviven con él. Aunque muchas veces se les considera solo como mascotas, la ciencia ha demostrado que su presencia puede tener un impacto sorprendentemente positivo en la salud humana.

Más allá de su tierna compañía, los gatos contribuyen a mejorar diversos aspectos del bienestar personal. Los estudios científicos han examinado en profundidad los efectos que estos animales tienen en las personas, arrojando resultados asombrosos. De hecho, interactuar con un gato tiene la capacidad de influir directamente en la reducción del estrés, uno de los problemas más comunes de la vida moderna. Según diversas investigaciones, acariciar a un felino puede disminuir de manera significativa los niveles de cortisol, que es la hormona responsable del estrés. Este proceso se desencadena cuando los receptores táctiles en la piel se activan al contacto con el gato, lo que provoca que el cerebro libere neurotransmisores asociados al placer, como la serotonina y la dopamina. Estas sustancias generan una sensación de calma y bienestar, lo que convierte el simple acto de acariciar a un gato en un recurso efectivo para liberar la tensión acumulada.

Sin embargo, no es solo el contacto físico lo que aporta beneficios. Simplemente observar a un gato en su rutina diaria, ya sea jugando o descansando, puede ser igualmente gratificante. Un estudio publicado en la plataforma Research Gate reveló que mirar a un gato durante sus actividades cotidianas puede incrementar los niveles de felicidad de una persona. Desde una perspectiva neurológica, esta respuesta está relacionada con la activación de áreas del cerebro vinculadas con el placer, como el núcleo accumbens y la corteza prefrontal. Cuando el cerebro detecta estos estímulos visuales, se desencadena la liberación de endorfinas, que generan una sensación de alegría y satisfacción. Además, la naturaleza juguetona y curiosa de los gatos puede despertar en las personas sentimientos de optimismo y esperanza, transformando su estado de ánimo de manera positiva.

Por otro lado, los gatos no solo aportan beneficios en tiempos de tranquilidad, sino que también son un apoyo invaluable en momentos de crisis emocionales. La Asociación Americana de Psicología llevó a cabo un estudio que reveló que el 70% de las personas que atraviesan dificultades emocionales experimentan un mayor bienestar al interactuar con su mascota. En situaciones de angustia o tristeza, la presencia serena de un gato puede ofrecer un tipo de consuelo que va más allá de las palabras. La energía calmante que proyectan estos animales crea un ambiente seguro en el que las personas pueden procesar sus emociones y sentirse acompañadas, lo que refuerza el vínculo emocional entre humanos y felinos.

Otro de los aspectos que destacan quienes tienen gatos es la capacidad que tienen estos animales para mitigar la soledad. Una encuesta realizada por el Human Animal Bond Research Institute encontró que el 85% de los dueños de gatos sienten que sus mascotas les ayudan a sobrellevar momentos de aislamiento. Este tipo de compañía, que puede parecer silenciosa pero está llena de afecto, aporta una sensación de conexión que es vital en circunstancias donde las interacciones sociales son escasas. Los gatos ofrecen una presencia constante y reconfortante, ayudando a sus dueños a sobrellevar los períodos de soledad con mayor facilidad.

Además de los beneficios emocionales, convivir con gatos también tiene efectos directos sobre la salud física de las personas, especialmente en lo que respecta a la reducción de ciertas enfermedades. Por ejemplo, se ha descubierto que la convivencia con estos animales puede disminuir la probabilidad de desarrollar alergias y asma, particularmente en los niños. Según un estudio publicado por la editorial científica Elsevier, los niños que crecen en hogares donde hay gatos tienen menos predisposición a desarrollar estas afecciones en comparación con aquellos que no conviven con mascotas. La exposición temprana a alérgenos felinos parece ayudar al sistema inmunológico a generar una respuesta más equilibrada ante estas sustancias, lo que contribuye a una mayor tolerancia a lo largo de la vida.

Otro aspecto crucial relacionado con la convivencia con gatos es su impacto en la salud cardiovascular. Numerosas investigaciones han demostrado que vivir con un gato puede contribuir a la disminución de la presión arterial y a la reducción del riesgo de padecer enfermedades del corazón. Las personas que comparten su vida con felinos tienden a manejar mejor el estrés, lo que repercute en una mejor salud cardiovascular. La tranquilidad que brindan los gatos, sumada a la reducción del estrés y la mejora en el estado de ánimo, refuerza el bienestar físico general.

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