La pirotecnia

Los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibeles, el rango de daño al oído humano es a partir de 75 decibeles.

Por Patricia Santos

Porque la vida es lo más importante hoy hablare sobre como la pirotecnia daña a los animales

Los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190 decibeles, que es mayor que los 140 de un disparo. Como referencia, el rango de daño al oído humano es a partir de 75 decibeles.

Los animales más afectados son aquellos que tienen mayor capacidad auditiva, los perros en especial son capaces de oír hasta los 60.000hz, mientras que los humanos no oímos nada a partir de 20.000hz, es decir los perros tienen una capacidad de oír tres veces mayor que nosotros. Esta agudeza auditiva explica que sonido de la pirotecnia sea una experiencia traumática para ellos. Los efectos van desde ansiedad, temblores, mareos, desesperación, fobias al aumentar las reacciones de pánico o paralización y  ante los intentos incontrolados de escapar y esconderse, se pueden presentar signos más intensos, como salivación, taquicardia, vocalizaciones intensas, micción o defecación, diarrea y hasta infarto y muerte en los individuos más sensibles.

Además de esta  forma profunda e intensa de terror,  pueden sufrir la pérdida de la audición  de forma parcial o total y a veces  irreversible.

Los efectos de la pirotecnia en los gatos son menos evidentes, ya que se esconden más fácilmente pero sus respuestas fisiológicas son igual a las de los perros, sumado el daño al que se exponen al intentar esconderse o escapar.

En  las aves las respuestas de desorientación y pánico frente a la pirotecnia provocan taquicardia y muerte, otras se estrellan contra los edificios o vuelan hacia el mar al huir, muchas aves no saben cómo volver a sus nidos una vez que el ruido termina, y las crías quedan desamparadas. Por otro lado, para los murciélagos, cuyo sentido de orientación es el oído;  las ondas sonoras que emite la pirotecnia son equivalentes a lo que percibimos nosotros con un flash en la obscuridad, es decir el murciélago queda incapacitado para orientarse y choca contra otros, o contra árboles o paredes ocasionando distintos daños incluso la muerte, dada su fragilidad ósea.

Este es un tema de ética hacia los animales.

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