La empresa Tesla, fabricante de vehículos eléctricos, ha comenzado a producir en Shanghái, China una versión de su Modelo Y, el más vendido del mundo, el cual comenzarán a vender en Canadá a partir de este año.
Este cambio de estrategia representa la primera importación de coches fabricados en China al mercado de América del Norte, afirma la agencia de noticias Reuters.
La decisión conectará de forma directa la fábrica más grande y rentable de la compañía dirigida por Elon Musk con esta región.
El fabricante estadounidense enfrenta en territorio asiático la emergencia de múltiples compañías con precios competitivos y gran capacidad de producción.
Musk había destacado la semana pasada que la planta de Tesla en Shanghái tenía la “estructura de costes más baja” de todas sus fábricas.
Parte de los motivos de las diferencias de costes entre centros de producción se debe a las tecnologías utilizadas en cada uno de ellos.
La planta de Tesla en Shanghái utiliza baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), mientras que en sus fábricas en Estados Unidos, Tesla ha desplegado una configuración de batería más potente conocida como 4680.
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Sin embargo, la compañía del magnate sudafricano no es la única en trasladar a China buena parte de su producción de vehículos eléctricos. Por ejemplo, el grupo Renault fabrica en el gigante asiático sus Dacia Spring, uno de los coches más vendidos del segmento. Más recientemente, Seat anunció que fabricará el nuevo Cupra Tavascan en la provincia china de Anhui.
La intención de Tesla es ofrecer una versión más barata de su Model Y en Canadá, con un descuento de algo más de 7.000 dólares (6.715 euros, al cambio de la jornada) frente a la actual versión. Los interesados podrían recibir su nuevo coche con una demora de entre uno y tres meses.
La página web del gobierno canadiense, actualizada el pasado viernes, señala que el vehículo era elegible para los subsidios verdes (que alcanzan los 3.300 euros) que la administración otorga para fomentar la compra de vehículos eléctricos.
Distinto puede ser el caso en Estados Unidos. Los consumidores interesados pueden acceder a una subvención por hasta 7.500 dólares (6.824 euros) si adquieren un vehículo eléctrico. El problema es que, para calificar a la ayuda, el vehículo debe estar ensamblado de forma local o contar con un gran porcentaje de piezas norteamericanas, a la vez que los minerales críticos que componen las baterías deben provenir de países socios o proveedores locales.
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Con información de Cinco Días