¡Impactante! Supertifón Ragasa desaparece puente en Taiwán

El paso del supertifón Ragasa por Taiwán dejó una estampa de devastación que ha dado la vuelta al mundo: la desaparición total de un puente en la ciudad de Hualien.

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El paso del supertifón Ragasa por Taiwán dejó una estampa de devastación que ha dado la vuelta al mundo: la desaparición total de un puente en la ciudad de Hualien. La fuerza del ciclón, considerado uno de los más potentes de la última década en la región, provocó inundaciones masivas, deslaves y destrucción de infraestructura crítica. Entre los daños más emblemáticos está el colapso del puente, cuya estructura fue arrasada por el caudal del río desbordado, dejando incomunicadas a comunidades enteras y mostrando el poder destructivo de los fenómenos meteorológicos intensificados por el cambio climático.

De acuerdo con autoridades locales, Ragasa impactó la isla con vientos superiores a los 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que, en pocas horas, saturaron los sistemas de drenaje y generaron deslaves en áreas montañosas. El puente, que ya presentaba señales de desgaste, no resistió la embestida del agua y se desplomó, convirtiéndose en símbolo de la vulnerabilidad de la infraestructura ante la creciente intensidad de los tifones en Asia.

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Las imágenes captadas por drones muestran la magnitud de la tragedia: columnas partidas, tramos de carretera sumergidos y escombros arrastrados río abajo. Estas escenas se viralizaron en redes sociales, donde usuarios de todo el mundo compartieron mensajes de apoyo a Taiwán y al mismo tiempo expresaron alarma por la fuerza del fenómeno. La cobertura mediática internacional subrayó la necesidad de invertir en infraestructura resiliente capaz de soportar eventos extremos.

El saldo humano es igualmente alarmante. Las autoridades reportaron al menos 15 personas fallecidas y más de 150 desaparecidas en todo el país, además de miles de desplazados que fueron trasladados a refugios temporales. Equipos de rescate trabajan contrarreloj para localizar a quienes podrían haber quedado atrapados bajo los escombros o en comunidades aisladas. La cifra de víctimas podría aumentar conforme se restablezca la comunicación con las zonas más afectadas.

El gobierno de Taiwán ha desplegado recursos de emergencia, incluyendo helicópteros, embarcaciones y brigadas militares para asistir a los damnificados. Sin embargo, el acceso a las áreas más remotas continúa siendo un desafío, debido a carreteras bloqueadas, cortes de energía y el riesgo de nuevos deslaves. Las autoridades también advirtieron sobre la posibilidad de epidemias derivadas de las inundaciones, lo que complica aún más la situación humanitaria.

La comunidad internacional respondió con muestras de solidaridad. Países vecinos ofrecieron asistencia logística y técnica, mientras organizaciones como la Cruz Roja Internacional enviaron suministros de emergencia. China, que mantiene tensiones políticas con Taiwán, también emitió alertas preventivas en sus regiones costeras, ya que el tifón se dirige hacia el sureste de su territorio.

Especialistas en clima señalaron que Ragasa es un ejemplo claro de cómo el cambio climático está intensificando los fenómenos meteorológicos. La combinación de mares más cálidos y patrones atmosféricos alterados está generando tifones más potentes y frecuentes. El colapso del puente en Hualien pone en evidencia la necesidad de replantear las estrategias de infraestructura en países expuestos a ciclones, con construcciones más seguras y planes de contingencia más sólidos.

La destrucción de este puente también tiene un impacto económico considerable. La interrupción de rutas clave afecta el transporte de mercancías, el turismo y la vida cotidiana de miles de ciudadanos. La reconstrucción demandará inversiones millonarias y tiempo, en un contexto donde Taiwán ya enfrenta presiones económicas y políticas significativas.

El suceso ha abierto un debate interno en Taiwán sobre la preparación del país ante desastres naturales. Si bien la isla cuenta con protocolos avanzados de alerta temprana, la magnitud del tifón demostró que las medidas actuales pueden ser insuficientes ante fenómenos de tal intensidad. Expertos sugieren incrementar la inversión en infraestructura crítica y reforzar la educación ciudadana para situaciones de emergencia.

El paso del supertifón Ragasa y la desaparición del puente en Hualien representan una tragedia que combina desastre humano, crisis de infraestructura y lecciones sobre la vulnerabilidad climática. El evento no solo marca un capítulo doloroso para Taiwán, sino que también es un llamado global a fortalecer la resiliencia frente a un futuro en el que los fenómenos extremos serán cada vez más comunes.

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Con información de LA JORNADA

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