¿Hundidas? ¿Quemadas? ¿Qué pasó con las naves de Cortés?

En la búsqueda por seguir las pistas de la Historia y descubrir ¿qué hizo Hernán Cortés con sus naves? ¿Las quemó, las hundió o qué? Rudolf Bittorf, Cónsul Honorario de Alemania (retirado) y pionero en turismo europeo en el Caribe Mexicano, recientemente impartió una original conferencia en el Museo Maya de Cancún.

En la víspera del Día de la Marina, Rudolf Bittorf explicó que la expresión “quemar las naves” no tiene un sentido literal porque las carabelas no fueron hundidas ni quemadas, sino encalladas “al través” o a lo largo de la playa, para después desmantelarlas con todo el material necesario.

“Al través” en aquella época, era “encallar un barco  atravesado a una playa”; es decir que cuando la marea baja, el barco cae gran parte en seco, inclinándose hacia la costa, exhibiendo su parte del casco sumergido a las inclemencias del sol, el que en pocos días resecaba las tablas de forro, encogiéndolas y abriendo las costuras que lo unían, dejando entrar las aguas que ya imposibilitaban el posterior rescate del barco, inmovilizándolo de manera permanente.

Los barcos encallados se podían desmantelar recuperando cabos, aparejos, velas de lona y herrajes como son pasadores de bronce y la clavación o clavos de hierro de todo tamaño.

Para Rudolf Bittorf es importante mencionar que en América, en ese momento no se aprovechaba el hierro que permitía construir naves, y además, si el barco se encontraba a 100 metros de la costa, hundido, era difícil desmantelarlo.

En conclusión -dice- los barcos de Hernán Cortés no fueron quemados ni barrenados, tampoco abandonados, las naves fueron colocadas (al través), a lo largo de la playa para acceso fácil y desmanteladas con todo el material necesario para construir otros barcos que les permitiera seguir con su expedición.

“La Capitana” de 100 toneles y tres barcos más de 80 a 70  toneles de vino o de agua para carga y abordo de ellos 13 caballos, los demás barcos eran bergantines o naves más pequeños, algunos  sin cubierta.

Después de su conferencia, los invitados y visitantes del Museo Maya de Cancún que conocieron el significado de la expresión “quemar las naves” de Cortés, disfrutaron un vino de honor y un recorrido por la laguna Nichupté precisamente abordo de la réplica del original que Rudolf Bittorf construyó de la “Pinta”.

Entre camaradería y anécdotas, recordaron las hazañas y travesías de los conquistadores que, con sus grandes errores y virtudes, escribieron nuevos capítulos de la Historia Universal mientras navegaban, como ahora, los mismos mares.