Los perros han sido compañeros fieles de los seres humanos durante miles de años. Pero surge una pregunta intrigante: ¿Cuál es la raza de perro más antigua del mundo? Según National Geographic, los perros actuales (Canis lupus familiaris) son reconocidos como el primer animal domesticado por el hombre. Esta domesticación marcó el inicio de una relación especial que ha perdurado a lo largo de los milenios.
Todas las razas modernas de perros descienden del lobo gris (Canis lupus), que fue domesticado hace aproximadamente 15,000 años, según un estudio realizado por los National Institutes of Health (NIH), citado por la revista. Este proceso de domesticación dio lugar a una variedad impresionante de razas caninas que hoy conocemos.
En este estudio, los científicos identificaron a los basenjis como una “antigua raza canina de origen centroafricano”. Actualmente, estos perros aún son utilizados por las tribus del Congo para la caza. Además, se considera que esta raza ocupa una posición fundamental en la filogenia canina, lo que subraya su importancia en la evolución de los perros domésticos.
Los investigadores han señalado que “perros similares” a los basenjis han sido representados en dibujos y otros modelos que se remontan a la XII Dinastía de Egipto. Esta evidencia sugiere que los basenjis tienen una historia muy antigua y significativa.
Miembros del American Kennel Club (AKC), el club canino más grande de Estados Unidos, mencionan que los basenjis compiten por el título de “la raza más antigua del AKC”. Esta raza estaba bien establecida antes de ser llevada a Egipto, transportada por el Río Nilo desde el interior de África como un obsequio para los faraones.
Después de la caída de la civilización egipcia, el basenji permaneció como un perro semisalvaje en las proximidades de los ríos Nilo y Congo. Esta ubicación geográfica contribuyó a su preservación y a la conservación de sus características originales.
Jerome Merolla, un misionero católico del siglo XVII que se encontraba en el Congo, describió a los basenjis en un escrito citado por el AKC. “Estos perros, a pesar de su estado salvaje, hacen poco o ningún daño a los habitantes. Son pelirrojos, tienen cuerpos pequeños y delgados y sus colas giradas sobre sus espaldas”, escribió Merolla. Esta descripción resalta la singularidad y las características físicas distintivas de los basenjis.
Debido a su aislamiento en una zona remota del continente africano, esta raza no sufrió las mismas modificaciones genéticas que otras razas sometidas a los caprichos de la moda occidental. Cuando se introdujo en Occidente a finales del siglo XIX, los basenjis permanecían prácticamente idénticos a los que fueron presentados a los faraones en el Antiguo Egipto.
La llegada de los basenjis a otras partes del mundo se produjo en 1895, cuando un explorador regresó a Inglaterra con una pareja de cría que lamentablemente murió poco tiempo después. En 1937, otro dúo fue traído a Occidente y exhibido como “curiosidades naturales”. Su popularidad creció rápidamente, hasta el punto que la policía local tuvo que intervenir para controlar a la multitud. De esa pareja, solo sobrevivió el macho, Bois.
Este perro fue adquirido por un criador de Boston, Estados Unidos, quien también adquirió una hembra llamada Congo. De su emparejamiento, nacieron los primeros basenjis criados en Estados Unidos, marcando el inicio de una nueva etapa para esta antigua raza.
Además de su cola retorcida y su característico pelaje rojizo, los basenjis son conocidos por ser uno de los pocos perros que no ladran. En su lugar, emiten sonidos similares a un canto tirolés, lo que los hace únicos entre los caninos. También son extremadamente limpios, aseándose a menudo como lo hacen los gatos, y carecen del típico olor a perro, lo que los convierte en excelentes mascotas según los especialistas del AKC.
Aunque son mascotas algo independientes, los basenjis se mantienen alerta y distantes con los extraños. Sin embargo, dentro de su círculo de confianza, se muestran abiertos y calmados, desplegando una personalidad afectuosa y amorosa, especialmente con los niños. Su comportamiento reservado con personas desconocidas refleja su naturaleza cautelosa, prefiriendo mantener su distancia hasta sentirse cómodos para interactuar.
En resumen, los basenjis no solo representan una conexión viva con la antigüedad, sino que también encarnan las características de una raza que ha resistido el paso del tiempo, manteniéndose fiel a sus orígenes mientras continúa ganándose el corazón de las personas en todo el mundo.