Cuando Checo Pérez mencionó que no desea seguir distrayéndose con el tema de su renovación de contrato con Red Bull, no estaba lanzando una amenaza a la escudería austriaca, sino expresando un desesperado llamado de ayuda. El piloto mexicano no logró clasificar a la Q3 en el Gran Premio de Emilia-Romagna, lo que augura un fin de semana complicado.
La temporada de Sergio Pérez ha mostrado una tendencia de rendimiento decreciente, y el fin de semana en Imola ha sido una clara muestra de esta situación. Después de quedar en la undécima posición en la Q2, Pérez resumió su experiencia con un exasperado “¡Qué desastre!”.
Identificar errores específicos en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari puede resultar injusto, ya que todo el fin de semana ha sido problemático de principio a fin. Sin embargo, a diferencia de otras ocasiones, Pérez no logró dominar las condiciones del asfalto de Bolonia. La chicana de variante alta resultó ser especialmente desafiante para él, contribuyendo a su mal desempeño y replicando los problemas que tuvo en la PL3, donde un accidente dejó su RB20 dañado.
Esta es la primera vez en el año que Pérez Mendoza no avanza a la Q3, y la posibilidad de alcanzar su quinto podio de la temporada parece distante. De hecho, todo indica que podría encadenar varias carreras fuera del Top 3 por primera vez en 2024, lo que pondría en riesgo su posición de subliderato en el Campeonato de Pilotos de la Fórmula 1.
Sin embargo, no todo es negativo para el mexicano. Red Bull, en general, no ha tenido un buen rendimiento en la pista. A pesar de que Max Verstappen logró asegurar la pole position en Imola, durante gran parte de la sesión de calificación no mostró su mejor forma, siendo superado en algunos momentos por los McLaren, el RB de Yuki Tsunoda y los locales Ferrari.