El bienestar financiero se entiende como la capacidad que tiene una persona para manejar adecuadamente sus finanzas personales, abarcando desde la gestión eficiente de los ingresos y gastos diarios, la preparación para enfrentar situaciones de emergencia económica, hasta la habilidad para aprovechar las oportunidades de ahorro e inversión que se presenten a lo largo de la vida. Este concepto implica no solo cubrir las necesidades básicas y contingencias, sino también planificar a futuro para mejorar la estabilidad financiera a largo plazo.
En México, la evaluación del bienestar financiero de la población arroja una calificación promedio de 52.8 puntos sobre un máximo posible de 100, según los datos proporcionados por la Encuesta Nacional de Salud Financiera (Ensafi), llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este puntaje refleja el estado general de la salud financiera de los mexicanos y proporciona una visión integral de cómo las personas están manejando sus recursos económicos.
Estados con mayor bienestar financiero
Al analizar los resultados por entidades federativas, se destaca que Quintana Roo, Coahuila y la Ciudad de México son las regiones con los niveles más altos de bienestar financiero. En estas zonas, la calificación obtenida varía entre los 55.6 y los 56.3 puntos. Estos resultados colocan a estas entidades en la categoría de bienestar financiero “medio alto”, lo que significa que, aunque están por encima del promedio nacional, aún no alcanzan un nivel óptimo que se clasificaría como “alto” en este indicador.
Por otra parte, en el extremo inferior de la escala, se encuentran estados como Guerrero, Zacatecas y Oaxaca, los cuales registraron los niveles más bajos de bienestar financiero, con puntuaciones que oscilan entre los 49 y los 49.8 puntos. Esta situación indica que en estos estados, la capacidad de las personas para gestionar sus finanzas, enfrentar emergencias y aprovechar oportunidades de ahorro e inversión es significativamente menor en comparación con otras regiones del país, lo cual podría reflejar desafíos económicos y estructurales específicos que afectan a sus habitantes.
En resumen, aunque algunas entidades de México muestran un desempeño relativamente mejor en términos de bienestar financiero, el país en su conjunto todavía enfrenta importantes retos para mejorar la salud financiera de su población y alcanzar niveles más altos de estabilidad y seguridad económica.
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Con información de El Economista